Ocaso de abril.

Ocaso de abril. Sendero hacia el Molino del Infierno -  Infernuko errota. 
Entre Baztan y Etxalar, Navarra-Nafarroa

Aquel mar de reflejos, aquel invierno en retirada y aquella primavera que secuestraba tenaz paisajes, árboles y almas.

El atardecer, eterno, encallado en las copas de los árboles más altos.

Esa luz decaída del ocaso en el bosque, cuajada de trinos y olores amarillos.

Esa paz que se palpa, ese sosiego denso, abrumador.

El mirlo desgranaba un blues desmayado y los demás escuchábamos.

Volvíamos tu y yo, a ningún lado.

Acariciabas la piel de los árboles mientras tus ojos se tornaban anaranjados como el atardecer.

La cuesta arriba y el silencio entre nosotros.

Oscureció un poco más tarde, mientras nacía, pequeñita, la flor de un nuevo mañana.

Son leves pinceladas de una tarde en la que parecía no pasar nada. 

Pinceladas que aún hoy pintan mi mundo. 

Juan Goñi.

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