¡¡Qué ganas tengo de perderos de vista!!



Telaraña en el Bosque.

Cada vez más me gustaría ser ajeno a esta "actualidad" que trasmiten los medios. Las noticas, cada vez más repugnantes, plagadas de corrupción y de intereses ocultos y no tanto por enriquecerse a toda costa. En Mundo vive una desaforada carrera hacia el abismo, pero estamos en manos de verdaderos sinvergüenzas, corruptos hipócritas, vomitivos personajes de toda índole y condición, que ponen a la altura del estiércol la condición humana. Se revuelcan como puercos es la más inmunda suciedad ética, pero eso sí, ataviados con trajes de marca, perfumados con carísimos perfumes, viajando en autos de decenas de miles de euros.

Hoy me entero que nuestro nunca bien comprendido Miguel Arias Cañete, en su denodado esfuerzo por pasar a la historia como el peor ministro de Medio Ambiente de la triste Historia de esta España dolorida, va a presentar al Consejo de Ministros una nueva Ley de Montes en la que se permitirá recalificar los montes quemados. Indudablemente esto abre las puertas de par en par a los incendios intencionados, y tendrá consecuencias sino ahora, si en cuanto pase esta multitudinaria estafa que algunos llaman crisis.

Me voy, porque la exquisita belleza de una humilde tela de araña en lo profundo del bosque me reconcilia con el Mundo, me da esperanza, me hace olvidar tanta y tanta mierda que nos vemos obligados a tragar. Necios y cretinos redomados, estos personajillos siguen encantados de conocerse, cada vez más alejados de una Sociedad y de una realidad que no conocen. Prefieren pensar en sus caudalosas cuentas corrientes que en el futuro de una Tierra que agoniza. Estúpidos egoístas que pasan su miserable vida mirándose a su sucio ombligo, sin saber ni querer aprender, sin comprender ni a lo que le comprende. Se creen más listos que tú y que yo, y por eso “triunfan” en la vida. Su desfachatez tiene el tamaño de un océano, casi superada por su narcisismo y egolatría. Hacen y deshacen con la vida de los demás, con el futuro de los demás, sin darse cuenta que todo está conectado, sin darse cuenta que se es más feliz dando que recibiendo, ignorantes de la Vida y del Mundo, vacían sus vidas mezquinas entre restaurantes de lujo y estaciones de esquí, podridos ellos y sus almas negras.

Piojosos impolutos, odiosos sus andares y sus sonrisas, tan falsas como su mirada, siempre me pregunto si, al acostarse, solos y en silencio con su almohada y su alma repugnante, no tendrán ni un segundo de clarividencia, ni un ápice de discernimiento, ni una molécula de sentido común. Ojalá, aunque fuera por un segundo, supieran el daño que están haciendo a una Tierra que les dio la Vida. Aunque solo fuera un segundo.

Solemnes majaderos, odiosos matones contra la Vida y la Esperanza, ¡¡Qué necesidad tengo de perderos de vista!!

Juan Goñi
 

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