Hoy me espera un día movidito… ¡me
encanta!
En un ratito nos vamos con los
niños del colegio de Narbarte a Bértiz, a aprender con los niños algunas cosas
sobre las aves que estos días ocupan las cajas-nidos que algunos de estos niños
hicieron el septiembre pasado.
Herrerillo en un nidal.
A la tarde nos vamos a otro
planeta, que está en este. Ese “otro planeta” se llama Bardenas, y como sabes,
me tiene conquistado el corazón. De las montañas a los horizontes inacabables,
de uno de los puntos más lluviosos de la Península Ibérica al mayor desierto de
Europa.
Pero si te parece, vamos por partes,
lo primero es Bértiz. Otro día te cuento más sobre Bardenas.
Carbonero común
A finales de septiembre de 2012
se celebraron las Terceras Jornadas de las Aves de Navarra. Durante tres
semanas multitud de actos tuvieron lugar en varios puntos de Navarra, como
Etxalar, Lumbier, Lindus, Burguete, Figarol, Elizondo o Bértiz. Uno de entre
esos actos fue un “Taller de construcción de cajas nido” en el Parque Natural
de Bertiz. Niños venidos de diversos puntos de Navarra y Gipuzkoa elaboraron
con sus manos diversas cajas nido que posteriormente fueron colocadas en los
árboles por los bomberos de Oiregi. Ya es la tercera vez que realizamos esta
actividad, por lo que los alrededores de la campa de Bértiz se encuentran ya repletos
de nidales. Ayer estuve revisando un poco estos nidales y me llevé una grata
sorpresa. Gran parte de esas cajas nido están ahora ocupadas por aves que poco
a poco van sacando adelante a sus nidadas.
Carbonero palustre.
Niños como Haritz, Olaia, Saioa,
Martín, Eider Idoia y un largo etcétera tienen sus cajitas colgadas de robles,
fresnos, tilos y alcornoques. Deben de estar satisfechos estos niños, porque su
trabajo ha tenido las consecuencias que se pueden comprobar en las fotos que
adornan este artículo.
Herrerillo que asoma.
La mayoría de estos nidales están
ocupados por diversos representantes de la familia de los páridos, y más
concretamente de herrerillos comunes, de carboneros comunes y de carboneros
palustres. Estas aves anidan de forma natural en oquedades y agujeros de
árboles viejos. Pero cada vez se ven menos árboles viejos en nuestros bosques.
En una práctica muy extendida y también muy perjudicial para la biodiversidad
de los bosques, el hombre elimina estos árboles con la excusa de que atraen
enfermedades o parásitos. De esta manera eliminamos las posibilidades de
anidamiento de estas aves. Pero un
bosque sin aves no es un bosque. Estas aves consumen multitud de orugas y otros
insectos, de forma que controlan muy bien las poblaciones de estos verdaderos
devoradores de hojas. Los páridos son eficientes jardineros de bosque,
conservando el equilibrio ecológico y procurando la vivacidad y la salud de la
arboleda. Es por ello que muchas veces el hombre instala estos nidales, para
que pese a la ausencia de árboles muertos o viejos, estas aves puedan habitar
los bosques y de esta manera cuidar de ellos.
Herrerillo.
Vuelven ahora los niños a
inspeccionar sus cajas nido a Bertiz, aquellas que elaboraron ilusionados a
finales de septiembre. Y es ahora cuando pueden disfrutar del resultado de su
trabajo en forma de Belleza que vuela. Seguramente todos esos niños han aprendido
algo con esta actividad. No es muy difícil ayudar a la Naturaleza. No hay que
irse al Ártico o a la Amazonia para cuidar el Medio Ambiente. Aquí, en la
puerta de nuestra casa, también hay problemas que podemos ayudar a combatir.
Pero quizá, lo más importante que aprendieron es que no hay mayor satisfacción
que contemplar, por un instante, la fugaz silueta de una pequeña ave que
aprovecha tu trabajo para seguir realizando el suyo: adornar la arboleda con
sus trinos, procurar la salud del bosque, y ayudarnos a comprender que la
defensa de la Biodiversidad no es una opción entre otras, sino que es la única
opción si queremos seguir viviendo en Nuestra Casa.
Colocando los nidales con los Bomberos de Oiregi,
en las Jornadas de las Aves del año pasado.
Gracias a Saioa y a Eider, a
Idoia y a Lander, a Gonzalo y a Alejandro, a Mikel y a Edorta… a todos y cada
uno de los niños que participaron en esta encomiable labor. Labor que este año,
2013, sin lugar a dudas, continuará en las Cuartas Jornadas de las Aves de
Navarra.
Juan Goñi
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