El pasado 8 de mayo nos
desplazamos con la escuela de Narbarte a Bértiz. Durante el agradable paseo que
une ambos lugares pudimos disfrutar de los trinos de multitud de aves que
aprendimos a identificar. Una vez en Bértiz, colocamos el telescopio a una
distancia prudencial de alguna de las cajas que albergaban nidos de herrerillo,
carbonero común o carbonero palustre. Los niños disfrutaron muchísimo, y, a mi
entender, muchos de ellos empezaron a amar a las aves y en consecuencia, la
Naturaleza. Ver como los papás y mamás entraban al nido con sus orugas en el
pico para alimentar a sus pollitos es un bonito documento, una buena
demostración de cómo suceden las cosas en la Mundo Natural.
A partir de ese día, y según me
cuentan las profesoras, los niños y niñas de Narbarte piensan mucho en sus
amigas las aves. Desde entonces han hecho multitud de trabajos y de dibujos
sobre el tema. Algunos padres me comentan orgullosos como su niño o niña les
contó el asombroso comportamiento del cuco al parasitar los nidos de otros
pájaros, o la sorprendente inteligencia del arrendajo, por poner solo dos
ejemplos.
Aquí os muestro algunos de los
trabajos que se han realizado en este centro educativo. Como veis, hasta en la
clase de inglés se ha hablado de las aves.
Ahora los chavales y chavalas de
Narbarte me paran por la calle para contarme que han visto un martín pescador
sobrevolando el río, o que están preocupados por los vencejos que habitan en el
tejado de su casa, y a los que no ven desde hace días. A propósito… toda una
sorpresa para ellos que Swift, nombre del zorro de David el Gnomo, ¡resulta ser
el nombre del vencejo en inglés!
Hoy y mañana pasearemos con la
escuela de Elizondo por la arboleda de Bértiz. Espero poder seguir trasmitiendo
estos valores a los chavales y chavalas de esta escuela; el cariño por nuestras
aves, que es el cariño por nuestros paisajes y por nuestra biodiversidad. Quizá
en esto radique la última oportunidad, el último clavo ardiente al que
aferrarse ante la constante destrucción de hábitats; ante la pasividad, cuando
no el desprecio con el que Sociedad acomete el intenso deterioro de la biodiversidad
al que nos enfrentamos.
Es una gotita ante un océano.
Pero es una gotita que se une a otras miles de ellas, en otras muchas escuelas,
con el trabajo de numerosas ONG’s o en la dedicación de multitud de padres y
madres, empeñados, como nosotros, en conseguir una Sociedad más concienciada
con la importancia de conservar los hábitats y ecosistemas que conforman
nuestro paisaje.
Hoy, más que nunca:
Conocer para respetar.
Respetar para amar.
Amar para defender.
Juan Goñi
Un resultado excelente el que consigues con tus bonitos paseos por el entorno natural de Bértiz.
ResponderEliminarEpílogo muy acertado.
Un saludo de 'ojolince y sra.'
Muchas gracias, como siempre, a "Ojolince y Sra," A ver si nos conocemos!!! Un abrazo!
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