En la foto, vacas de la raza
pirenaica, rumiando y descansando
cerca de Artze – Malerreka - Navarra/Nafarroa.
La raza pirenaica es la
descendiente directa de la vaca Betizu, probablemente una de las razas más
antiguas de Europa. Las betizu (del euskera behi izua: vaca huidiza) son unas
vacas de color rojizo, semisalvaje, autóctona del Euskalherria (Euskadi,
Navarra y el País Vascofrancés). Es una animal mitológico para los vascos; se
creía que el toro betizu “Zenzengorri” cuidaba de los tesoros ocultos en grutas donde vive Mari
(O Maddi, o Amalurra). Hay infinidad de leyendas sobre este personaje
mitológico a lo largo y ancho de toda Euskalherria.
La raza Betizu es una raza
merecedora de protección especial, según decreto del Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación, puesto que los dueños no las conservan debido a la baja
productividad de este ganado. El Gobierno Vasco y el Gobierno de Navarra están
en la actualidad comprando estas reses para soltarlas después en los montes, en
libertad. En Iparralde es el "Conservatoire des Races d'Aquitaine" el
que procura su conservación.
Hoy en dia quedan unos pocos
ejemplares de betizus en Gipuzkoa, en Jaizkibel, en Leitzaran y en Arno. En
Bizkaia quedan otras pocas en la zona de Dima. En Iparralde las encontramos en
Larrún, en Mondarrain o en Ibardin. Pero la mayor y mejor reserva de genética
de este mitológico animal la encontramos en el pueblo abandonado navarro de Sastoya,
en Urraul Alto. En este despoblado habitan el 75% de las betizus que quedan hoy
en día (unos 45 ejemplares). Allí, en Sastoya, encontramos un rebaño propiedad
del Gobierno de Navarra que se mantiene en semilibertad y que tiene como
objetivo el mantenimiento de la pureza de la raza y, en lo posible, la difusión
y conocimiento de este animal.
Según numerosos investigadores,
los dibujos que aparecen en el arte cavernario europeo representan precisamente
vacas de raza Betizu, lo que lleva a muchos expertos a asegurar que es
precisamente la Betizu la última descendiente directa del uro prehistórico. Hay
controversia en este tema, puesto que al vaca doméstica, de la que desciende la
betizu, apareció mucho más tarde, en una edad posterior a la cavernaria.
Como curiosidad, encontramos
dibujos de betizus en los escudos de Andorra y el Bearn, lo que indica que
antiguamente esta raza estaba presente en todo el Pirineo.
Puedes saber más sobre la finca
de Sastoya pulsando aquí: http://www.itgganadero.com/itg/portal/seccion.asp?S=3&N=75&P=16
Las vacas pirenaicas siguen
guardando los tesoros de Amalurra (la Madre Tierra) en los prados y apriscos de
mi tierra. Pero esos tesoros ya no son de oro y joyas, sino de paisajes, de
Naturaleza y de Biodiversidad. El mantenimiento, promoción y conservación de
las razas ganaderas autóctonas y ancestrales (lo mismo se puede decir de las
razas agrícolas), son una garantía, un salvavidas. La diferencia, la
diversidad, ya sea en paisajes, en fauna y flora, en ecosistemas (y también,
por supuesto, en lenguas o culturas) son siempre, y en todos los casos,
oportunidades de supervivencia. La unificación (y por tanto la globalización)
nos obliga a jugarnos el todo por el todo a una sola carta, estrategia muy poco
recomendable.
Juan Goñi
Hola buenas tardes, me gustaría saber unas cosas básicas de las vacas Betizu como: Su peso, cuanto crecen de largo y ancho y el clima adecuado para estos seres. Gracias
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