Estaba allí, como siempre


Estaba allí, como siempre, altivo pero sin un ápice de soberbia.
.- Buenas tardes Sr. Roble, le queda muy bien su traje amarillo y ocre
El se ruborizó un poquito, y en voz queda me confesó que hacía mucho que nadie le decía nada agradable. "Ya casi nadie se fija en mí"
Tras desearle un buen día continué mi camino, y antes de perderlo de vista, giré mi cabeza. Él movió un poco sus ramas en señal de despedida: "¡Hasta la vista!" me susurró el aire entre sus hojas.
¿Desde cuándo no le dices a un roble lo guapo que está con su traje de otoño?¿O eres de los que piensan que los árboles no hablan?

0 comentarios:

Publicar un comentario