Las cosas que nos permiten seguir sobre la Tierra



Mientras te escribo estas líneas amanece lentamente a mí alrededor. Se encienden las luces de la Vida y las flores se encaraman al Levante. Nuestro sol empieza a prodigar calor y luz; el Valle se despierta entre cantos de jilgueros y balidos de ovejas. Se respira el fresco de la noche y los prados rezuman la humedad del rocío. Se persiguen los mirlos entre los árboles y muy alto, casi en el cielo, se escuchan los vencejos que gritan fuerte su libertad. Nuestra estrella inyecta Vida en las venas de mi Tierra, y la sangre verde de los árboles la esparce por doquier. Sobre el Bosque resbalan las brumas grises de la madrugada, que escapan presurosas de la luz, o se disuelven en la transparencia de la mañana. Canta el carbonero entre la espesura del espino, rechina el colirrojo en lo alto de la chimenea del viejo caserío, y las golondrinas buscan su nido entre las vigas desvencijadas de la buhardilla. El potrillo corre travieso entre las patas de su madre que reposadamente pasta la hierba húmeda. Vuelve a cantar el gallo a lo lejos, vuelve a ladrar lastimero el perro sin nombre, deshila notas y armonías el zorzal desde las zarzas. Rebaños de caracoles se escapan de la luz entre las hierbas y asoman las primeras lagartijas por los agujeros de la tapia abandonada. Levanta el vuelo el milano desde el enorme castaño, suben y escapan los corzos a lo alto de los bosques. Pasan muchas cosas, tantas que la mayoría pasan desapercibidas aún cuando te acomodas atento y curioso a disfrutar de este amanecer de mayo. Acontecimientos importantes, vitales, transcendentales…. Esas cosas son en definitiva las que nos permiten seguir sobre la Tierra.
¿Sabes si han dicho algo en la radio de tanta maravilla?


Juan Goñi

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