La Vida es un sendero que se aleja, a veces
entre bosques, a veces en desiertos, a veces a la luz de una preciosa
mañana de junio, otras en el frio helador y desgarrado de un febrero
helado. Cuando tus pasos perplejos te acercan a fechas señaladas, es quizá
buen momento para echar la vista atrás, para hacer una pequeña
recapitulación, y hoy es uno de esos días. Muchos años me llevó el
sendero hacia la rutina de un paisaje encerrado, en el que no había
estaciones, tampoco primaveras ni amaneceres, donde no se pasaba frio ni
calor, donde la vida pasaba fácil e insoportable. Ahora camino por un
camino precioso de inviernos duros, de primaveras prometidas, de días
diferentes y de sueños improbables. Ahora mis pasos son seguros hacia
una vida insegura, una vida difícil en pos de un sueño: mostrar a mis
amigos una tierra emocionante, un sentir de escalofrío, acompañarnos
mutuamente en la búsqueda de una belleza delicada y sutil, huir para
siempre del ver para llegar al observar, escapar del oír para llegar al
escuchar, dejar de estar para empezar a sentir. Gracias, compinche de
mis anhelos, por empujarme hacia mi sueño, por acompañarme un ratito
cada mañana por el sendero de mi vida, por compartir conmigo la pasión
por un Mundo alejado de este Mundo real que nos aparta de la realidad de
lo que fuimos y de lo que somos. Gracias por estar al otro lado. Deseo
intensamente que un cercano día nos podamos encontrar en “este” lado.
¡Muchas gracias a tod@s!
Milla esker denori!
¡Muchas gracias a tod@s!
Milla esker denori!
Juan Goñi
Precioso Juan! Me encanta esta parte: "huir para siempre del ver para llegar al observar..."
ResponderEliminarCompartimos el mismo camino y el mismo sendero que nos lleva cada vez más lejos de esta mal llamada civilización. Somos navegantes de ríos salvajes que dejan en sus meandros arena de sueños y desconsuelos para fluir limpios hacia su libertad.
Preciosas palabras, Oscar, y ¡tan ciertas! Hay que dejar muchas cosas en las orillas de la Vida, para, precisamente, disfrutar de la Vida.
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