Los días se acortan, las noches se tornan frías, y el otoño
se asoma por los resquicios de la arboleda en estos primeros días de septiembre.
Se escapan de nuestros cielos los migrantes más madrugadores: milanos negros,
abejarucos y cigüeñas forman grandes bandos y se despiden de nuestros paisajes.
Y yo subo a los miradores que me emocionan, y disuelvo mi mirada en los
panoramas infinitos de mi tierra. Ocres reflejos en la techumbre arbórea, frio
viento norte que presagia tiernos días
de otoñada, bellotas y avellanas que caen como ofrendas a un lejano amanecer
primaveral. El trino suave de millones de cerrojillos anega las campiñas, los
horizontes y los oídos del pajarero sorprendido. El planeta sigue balanceándose como una niña
en un columpio, y va ofreciendo a sol su cara más sureña. El norte se oscurece imperceptiblemente,
día tras día, sin prisa pero sin pausa.
Me perderé por mis destinos estos días de cambios y metamorfosis:
Irati, Roncal, las Foces, Bertiz o Bardenas, anhelos de los ojos de mi corazón,
origen y destino de mi viaje de observador discreto y fisgón. Quiero ver a mi tierra cambiando en
septiembre, a medio camino entre el luminoso julio el oscuro noviembre, entre el verde y el
amarillo. Y en este vuelo de pájaro por los contrastes de Navarra no estaré
solo; un grupo de andaluces me acompañará por perdederos y miradores, por
aguazales y desiertos.
Pasar desapercibido entre la Vida que pasa despacio, espectador
sigiloso de arboledas y desiertos, oyente mudo de adagios naturales. El tiempo
pasa a mi alrededor, y solo si no le presto atención, soy capaz de saborearlo
en su enigmático discurrir.
Mañana nos espera mañana por la mañana, pero hoy, para
empezar, me voy a Bertiz, donde guardo una deuda pendiente con la hermosura y
el sortilegio boscoso y fascinante de los soportales del otoño.
Juan Goñi
Me gustaría acompañarte en esa transición de la naturaleza para desoxidarme del eterno invierno de la ciudad Juan.
ResponderEliminarSoy Enrique, papá de Enric, compartimos los cantos de los pájaros y de los niños en el embalse de Urrotz.
Qué a gusto me has dejau!
ResponderEliminarGracias Enrique, me acuerdo perfectamente de vosotros, espero que el viaje a Navarra terminara estupendamente. Mikel, ¡Un honor tenerte por aquí! Tengo unas enormes ganas de perderme por Zolina o por dónde sea contigo. Un fuerte abrazo amigo y espero poder verte pronto.
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