Membrillo (Irasagarra,
Cydonia oblonga) en flor.
Es ahora, cuando los
cerezos o los almendros ya perdieron sus flores, cuando el membrillero (Cydonia
oblonga) florece y se llena de color. Sus flores son tenues y
delicadas, y solo perdurarán unos pocos días adornando los paisajes de mi
tierra.
El membrillero es un árbol procedente del Cáucaso
y de Asia Menor. Ya en Babilonia era
estimado y cultivado masivamente. Los griegos encontraron la mejor variedad del
mismo en la ciudad de Cydonia, al noroeste de Creta. Ellos le llamaron “Mela
kudonia”, “Manzana de Cydonia”, y de ahí viene su nombre científico. En las
antiguas ceremonias nupciales griegas, los novios eran agasajados con
membrillos, lo que garantizaba su felicidad y su amor eterno. No en vano este
fruto estaba asociado con Afrodita, la diosa del Amor para los helenos. Parece
que su nombre en castellano deriva del latín “Melimélum”, manzana dulce. De
hecho parece ser que la palabra "mermelada" tiene su origen en la palabra
portuguesa “marmelos”, que quiere decir precisamente membrillo en ese idioma.
La fruta del membrillo no suele comerse cruda,
por ser demasiado duro, astringente y agrio. No obstante, de él obtenemos la “carne
de membrillo” o "dulce de membrillo". Este postre es inseparable del queso en mi
tierra, y forma parte insoslayable de cualquier menú de sidrería que se precie,
junto al queso y las nueces.
Incontables son las maravillas con las que
estos días se engalanan los campos y los huertos. Y esta es una de ellas, la
sutil flor del membrillo que adorna los sotos y paisajes durante los últimos días
de abril. Aun cuando no diera su sabroso fruto, este árbol merecería un lugar
entre los más bellos, por su hermosura cuando se viste de primaveras.
Si uno no es capaz de “perder” unos minutos en
la observación de milagros como este…. quizá este olvidando el “quid” de la
cuestión. En mi opinión, nada es mucho más importante en la Vida.
Juan Goñi
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