Estampa de otoño. Erdiz, Baztan, Navarra-Nafarroa.
Se turnan por ahora los días
ventosos de norte, fríos y humedos, con los días de viento sur, cálidos y suaves.
Las vacas ya están en los establos, ramoneando en los pastos del valle. En las
montañas se han quedado los caballos y las ovejas latxas. El suelo se tapiza de
quitameriendas y crocus, vasta alfombra lila sobre fondo verde de pasto. El
cielo se adorna con el paso constante de bisbitas, de collalbas, de pinzones y
pardillos. Los bandos de jilgueros reclaman insistentemente y se hacen más y
más numerosos. Cantan por doquier petirrojos venidos del norte, de Bélgica, de
Holanda, de Alemania, de Dinamarca…; prodigiosa colonización de cantos y colores
por doquier.
En los valles deshabitados el
viento se aquieta y se adormece. Aquí canta el carbonero y el chochín, y
chasquea la curruca entre los espinos cuajados de frutos. Dormitan las ovejas
bajo el sol de octubre; ovejas lanudas y enmarañadas, vestidas ya para el invierno,
que corretean ante mi llegada; con las prisas ondean sus melenas como banderas
de libertad. Los arroyos bajan ahora
enjutos, casi secos, sedientos de las lluvias del otoño que no llegan.
El bosque aún se ve verde desde
dentro. Si te fijas bien verás que la luz es más amarilla bajo la arboleda. El
suelo ya se cubrió de hojarasca, manto ocre que se espesa y propaga cada día;
solo unas pocas rocas cubiertas de musgo, solo algunas setas altivas emergen de
entre las hojas caídas. Hayucos y bellotas son promesas de alimento y vida,
convite y despensa del bosque a sus hijos. El viento no llega hasta aquí, detenido
por los árboles enmarañados. Si te alejas, si te elevas por encima de las copas
y ves el bosque desde arriba, aparece, tímido aún el otoño entre la verde
espesura que amarillea mansamente.
Es octubre mes de cambios y
mudanzas. Ya no molesta la lumbre en el hogar del caserío. Ya se huele a
castañas asadas entre las callejuelas del pueblo. Ya llega pronto la noche en
los arrabales del mundo. Ya decían, sabiamente, nuestros abuelos que “por la
Virgen del Pilar, el tiempo empieza a cambiar”.
Juan Goñi
0 comentarios:
Publicar un comentario