Hojas de roble americano o roble rojo. (Quercus rubra)
Foto de Ángel Villalba.
Las fagáceas son una familia de
plantas, concretamente árboles y arbustos, que reúne unas 670 especies en el hemisferio
norte. Comprenden 2 subfamilias y son aceptados 7 géneros. A esta familia pertenecen los robles y demás “quercus”
(encinas, alcornoques, quejigos…), las hayas y los castaños.
La palabras Quercus parece
derivar del celta KAER: bello y QUEZ: árbol. Los Quercus han sido y son
símbolos de fuerza y dureza, y por ellos nuestros antepasados (de casi todas
las culturas) los consideraban los reyes del bosque.
Una de las especies de este
género es el roble americano (“Quercus rubra”, que podríamos traducir según lo
dicho anteriormente como “bello árbol rojo”). El roble americano fue
introducido en Europa en el siglo XVIII por su rápido crecimiento y por su
madera valiosa y relativamente fácil de trabajar. En la península podemos
encontrar robles americanos en la franja cantábrica, y sobre todo en Navarra,
Euskadi y Galicia. En Navarra los bosques de roble americano ocupan una nada
despreciable extensión de 4.000 hectáreas (superficie similar a la que ocupa el
roble pedunculado (Quercus robur),
nuestro “haritza”. Estos bosques están localizados fundamentalmente en Baztan,
Larraun, Bera, Etxarri- Aranatz, Goizueta, Lesaka y la Facería 87 (terrenos
ubicados entre Doneztebe-Santesteban, Etxalar, Sunbilla y Bertizarana).
Este árbol, como se ha dicho, ha
sido especialmente valorado para repoblaciones por su crecimiento rápido y
sostenido y por su madera de buena calidad. Tiene menos requerimientos que sus
parientes autóctonos: aguanta mejor las sequías veraniegas y es menos exigente
en nutrientes. Requiere suelos profundos, silíceos, y suave clima oceánico.
Crece anualmente más del doble que sus parientes europeos.
Es, como su nombre indica, un árbol
nativo de Norteamérica, en concreto del noreste de Estados Unidos y el sureste
canadiense, donde se dan enormes bosques de roble rojo, o como allí lo llaman, northern
red oak, el roble rojo del norte, para distinguirlo de otro roble rojo
(Quercus falcata) que habita en el
sur de EEUU.
El roble americano es una especie
introducida que se comporta como una especie invasiva, puesto que por su mayor
velocidad de crecimiento, es capaz de privar a los robles autóctonos de la luz
y los nutrientes que necesitan. En varios espacios naturales navarros llevan
años intentando erradicar estos árboles, con el objetivo de devolver a nuestro
roble su lugar, vital para el ecosistema.
La introducción de especies
invasoras en nuevos ecosistemas es una de las principales causas de la actual
pérdida de biodiversidad. Desde 1950 y hasta 2007, esta extinción masiva o “crisis
biótica” se ha llevado por delante al menos al 10% de las especies existentes
en la Tierra. A la velocidad actual, el 30% de las especies estarán en grave
peligro en los próximos cien años. Por todo esto, al periodo que ahora vivimos
se le conoce como extinción masiva del Holoceno, y sin ninguna duda, así pasará
a la historia más negra de la Vida en la Tierra.
Para saber más: Lista negra de las especies exóticasinvasoras de España
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