Bosque de Bertiz - Foto: Joxe Juan Azkue.
Decían en mi escuela que solo los
humanos reímos o lloramos; solo nosotros somos capaces de apreciar la Belleza. Mentían.
Ríen los perros cuando mueven el
rabo, ríen los prados en las mañanas luminosas de mayo, ríen las estrellas
rutilantes en las noches brillantes. Ríen los árboles porque el viento les hace
cosquillas en las ramas, y las lombrices les hormiguean los dedos de los pies. Ríen las aves mirando
el amanecer, y por eso cantan. Por eso y porque se saben buenas cantarinas. Ríe
el bosque entero, chispeante de vida, sutilmente ingenioso, cuando despierta la
primavera.
Ayer, al caer la tarde, al bosque
aún desnudo se le escapaba alguna lagrimita mal disimulada. O… ¿era a mi?
Aún no se si eran lágrimas de emoción,
o de tristeza, o fruto de un escueto instante de desconcierto.
Acaso era simplemente entusiasmo.
Quizá fue ternura, humildemente
ternura.
¿Para qué decir más? El Alma de
Bosque habla… y yo escucho estremecido.
… Humildemente
ternura…
Juan Goñi
Foto
del bosque de Bertiz, hace unos días,
de mi amigo Joxe Juan Azkue, el
dia en el que nos conocimos
debajo de estos titanes que también, a
veces, sollozan.
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