Entre brumas y veras



El sol, muy débil todavía, tarda en disolver las brumas de la mañana. El paisaje se me antoja fantasmal, irreal. El silencio es todavía mayor y la quietud más acusada. Duerme la Naturaleza, descansa. Se le pegan las blancas sábanas de las nieblas. Pero las nieblas mañaneras auguran una tarde espléndida de sol, bonancible y cálida. Los prados, blancos de escarcha; las casas silenciosas de paz, las nubes parecen haber caído sobre nosotros acallando paisajes y aves. Me gusta pasear entre las nubes, cuando los colores son tonos de grises, cuando el Mundo tarda en despertar y remolonea entre brumas y veras.

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