La regata de Etxarro baja desde Antzeri hacia Zilbeti, rodeada de hayas imponentes, en un paraje de apabullante belleza. Sus aguas cristalinas son el hábitat perfecto para algunos de los últimos visones europeos que nos quedan. Este precioso riachuelo se verá gravemente afectado por la proyectada mina de MAGNA. La foto está sacada esta mañana, cuando un grupo de unas 70 personas, venciendo el frio (4ºC) y la lluvia, caliente el corazón por la rabia y empujados por los ánimos de cientos de llamadas y mensajes de móvil y emails, hemos conseguido paralizar las máquinas que destruyen el bosque. De forma escrupulosamente pacífica, los operarios han dejado sus excavadoras estruendosas, y en el silencio recuperado del hayedo, se ha vuelto a oír tímidamente el reclamo de carboneros palustres y herrerillos capuchinos, y han cantado, todavía alegres, las aguas del Etxarro. Hoy los hemos parado, pero la lucha acaba de empezar. Estamos preparados. Zilbeti Bizirik! Salvemos Zilbeti!
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