El lagarto verde, el enamorado vestido de azul.


Aquí tenéis a uno de mis vecinos más callados y tímidos. Se trata de un hermoso macho de lagarto verde (Musker verdea – Lacerta viridis), que habita en mi leñera y zonas aledañas. Se alimenta de insectos como mariposas, escarabajos y muchas hormigas. Es una especie que vive en el norte de la Península Ibérica, desde Cataluña hasta la mitad oriental de Asturias. No sé por qué los reptiles nos dan tanto miedo, pero si sé que el miedo lleva al odio, y de ahí a la masacre va un paso pequeñito. Este animal, como la inmensa mayoría de sus parientes los reptiles, son totalmente inofensivos; muy al contrario, es una bendición tenerlos cerca por la inmensa labor de limpieza de insectos que realizan. Además, algunas de sus presas favoritas son las larvas de insectos que viven en charcas y ríos, evitándonos las molestas picaduras de tábanos e insectos semejantes.
En Navarra tenemos un lugar muy especial para el lagarto verde, una población relicta y aislada del resto en Peralta.
Es una especie que sufre especialmente la alteración de su hábitat: la agricultura intensiva, los incendios, la sobrexplotación ganadera, y por supuesto el uso indiscriminado y masivo de pesticidas en nuestros campos le afectan enormemente. Unas prácticas agrícolas más responsables y el respeto por lindes y riberas de ríos son imprescindibles si queremos seguir contando con esta especie en nuestros campos.
Hace no mucho tiempo se decidió por parte de los expertos separar en dos especies al este lagarto verde (Lacerta viridis) de su primo el lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi). El lagarto verdinegro habita en la parte noroccidental de la Península, en la Cordillera Cantábrica, desde la Navarra atlántica hasta el norte de Portugal.
En estos días tenemos a nuestros lagartos en su periodo de celo, de ahí la coloración azulada que podéis ver en el cuello y la cara de este macho enamoradizo. Si las cosas van bien, pronto encontrará a una compañera de amores. La hembra pondrá los huevos bajo el musgo, o enterrados bajo tierra. Los pequeños lagartos vendrán al mundo en otoño.
Aquí se queda el gardacho, como lo llamamos en mi pueblo, buscando a su enamorada, en la eterna lucha de la Vida por perpetuarse, en el único fin y objetivo de todos los Seres Vivos que pueblan mi hermosa Tierra. Como siempre jamás: la Vida en defensa de la Vida.
Juan Goñi

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