Este instante diferente.



 Sendero en Bertiz

El sendero se adentraba definitivamente en el inminente otoño de ocres y amarillos, de aromas a tierra mojada, de melancolía e introspección. Todavía vagábamos por el fronterizo territorio en el que las cosas parecen ser como fueron, en el que se engaña el corazón creyendo que nada pasa, que todo sigue igual. Pero el amanecer frio y dormilón, las primeras hojas caídas a la vera de la vieja senda serpenteante y un delicado matiz amarillento en la cúpula arbórea del bosque indicaban que la suerte estaba echada. Comienza ese lapso de tiempo en el que la vida mira hacia adentro. Silenciosos recorríamos el bosque callado, la mente nos hablaba al corazón en un diálogo sin mentiras ni atajos. Nunca decidimos ir a donde vamos, hay cosas en la vida que no se deciden, ocurren porque si, y es mejor no rebelarse ante lo sentenciado. El ritmo de las estaciones se sucede sin pausa, con la suavidad que no se nota, con la exactitud de un reloj, con el tempo adecuado para nuestra alma y nuestro cuerpo. Pero en este pendular ir y venir del sol la Naturaleza baila el vals de las estrellas, al son de los colores cambiantes del mundo, al compás que marcan los bosques y los ríos, las aves migrantes, los somnolientos mamíferos que duermen, los zumbantes insectos desaparecidos. 

La Humanidad se empeña en vivir fuera del tiempo. Vivimos soñando con lo que vendrá, en una carrera loca hacia un futuro que no llega nunca, pero llegará. El rio que cruza hoy nuestra mirada nunca será de nuevo el rio que es hoy. El mañana nos espera más allá del recodo de esta vereda preciosa que llamamos vida. Corre si quieres, no llegarás antes que yo. Y si tu pregunta es si tras aquellos ocultos presagios continúa el camino andarín y silencioso, te diré que solo cuando lleguemos lo sabremos. Detengamos nuestros pasos, paremos el reloj de los planes que nuca se cumplen, disfrutemos de este día, de este paisaje, de este abrazo cálido que ahora mismo me das. Solo si le das tiempo al tiempo, tendrás tiempo. Solo si vives el hoy vives de verdad. No te rindas ante el sueño de un futuro diferente; es demasiado bonito el presente para andar pensando en otra cosa. Deja la cama sin hacer, levántate y sal al campo, donde el dinero no vale para nada, donde la Vida se esfuerza en el ahora, donde el futuro es tan falso como el pasado, donde te espera el aire puro que necesitas para llegar a mañana de nuevo. Yo me voy ahora a Belate, en un viaje que nunca jamás se repetirá, porque será único e irrepetible, como cada décima de cada segundo de nuestra vida.

Juan Goñi

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