Casi sin querer...



Bajamos el telón de verde y arcoíris, cerramos septiembre entre brumas y rocíos. Frío en la mañana, sol en la tarde amarilla. Aguas de colores en los cielos oscuros, esperanza que se enciende ante nuestros ojos. Hojas que llueven con el viento, doradas gotas de lluvia en la otoñada incipiente. Cansados reflejos del bosque que dormitan su agonía momentánea. Alfombra empapada de musgos y líquenes por el que han desfilado mis amigos emocionados.



Harás ese Camino, no lo dudes. Recorrerás senderos milenarios hacia el atardecer, atajos que nos llevan al centro de nosotros mismos. Bosques y estrellas te indican el camino, y yo te acompañaré si me dejas. Ese cayado que no pesa será un fragmento de mi mismo, que quiere llegar a su destino donde la Tierra termina. La primavera se agazapa tras el calendario; entonces surcarás horizontes de sueños verdes y rocíos que acarician... casi sin querer.

Juan Goñi

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