Pintan mis ojos ocasos amarillos.





Pintan mis ojos ocasos amarillos. Cantas a mi lado silencios de anochecida. Amanecen estrellas por doquier; mil soles que no pueden detener al crepúsculo que nace en este instante.

Triste el que, en este delicada anochecida, apaga su mirada y espera la alborada por venir. Pensar el mañana es insultar a este instante, el único vivo.

Ahora, o nunca, para siempre jamás. Justo ahora, antes de que se escape.

Se retuerce el tiempo, acomodándose ante la noche. Se cierran tus ojos entorno a los míos. 

“Dejemos paso a los sueños”, me dices, mientras coges mi mano y me arrastras cantando al encuentro de las sombras.

Juan Goñi

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