Sakana, foto de Cesc Jurado.
El rio Arakil discurre tranquilo
por entre las sierras de Aralar al norte y Urbasa-Andía al sur, formando un
encantador corredor que en Navarra conocemos como Sakana o La Barranca. La
comarca de Sakana está conformada por tres valles: el corredor del Arakil, el
Valle de Ergoiena y el Valle de La Burunda. Este es el camino natural para
acceder a los llanos alaveses desde en centro de Navarra, y así lo atestiguan
múltiples referencias históricas. Por ejemplo, fue por aquí por donde las
tropas de Fernando el Católico, al mando del Duque de Alba, violaron las
fronteras de Navarra en la conquista del viejo Reyno en 1512. Todo el Valle está
dominado por en Santuario de San Miguel de Aralar, en una de las cumbres de la
Sierra del mismo nombre. Este ha sido, desde tiempos inmemoriales, destino de múltiples
romerías, lugar de culto y devoción y, como no, su historia está repleta de
leyendas.
Santuario de San Miguel de Aralar.
Aralar es una de esas sierras
cuyos valores naturales superan con creces las expectativas del amante de lo
vivo. Sus inmensos hayedos, sus robledales maduros y bien conservados, y sus
tejos milenarios conforman bosques de exquisita belleza. Entre los habitantes
de estos lugares tenemos al picamaderos negro, al desmán de los pirineos, al
tritón alpino o a la ratilla nival, por citar solo a algunos de ellos.
Sobrevuelan estos cielos numerosos buitres leonados y durante el invierno,
entre las suaves praderas del fondo del Valle se dan cita gran cantidad de milanos reales, que eligen estos lugares
llegando del norte de Europa para sobrevivir a los meses más fríos. Cada vez
con más asiduidad se puede descubrir al quebrantahuesos navegando por los
cielos limpios, entre los cortados de Andía o las laderas abruptas de Aralar.
Pero si algo golpea inmisericorde
la emoción del viajero es la espectacularidad de sus paisajes. Desde San Donato
al sur o desde San Miguel al norte, se abre ante la mirada un panorama sencillamente
grandioso. Al este, el valle se abre en Irurtzun, donde el Arakil se recrece
tras unirse con el Larraun. Desde allí, poderoso, se dirige hasta Ibero, donde
se une con el Arga. Al oeste el Valle se cierra en La Burunda, en Alsasua
(Altsasu) para abrirse casi inmediatamente a la llanada alavesa. Al norte, el espléndido
mazizo kárstico de Aralar, con sus pronunciadas laderas rebosantes de bosques y
sus cimas altivas y orgullosas. Al sur las llanuras de Urbasa y Andía se desploman
sobre el valle con sus inaccesibles farallones; como si fuera la proa de un
formidable barco varado entre verdes, la cumbre del Beriáin cabalga entre estas
tierras formando la mayor prominencia topográfica (*) de Navarra. En su cumbre
encontramos la ermita más alta del Viejo Reyno, la de San Donato, a 1493 metros
sobre el nivel del mar.
Valle de Larraun desde San Miguel de Aralar.
La inmensidad hecha belleza; la
formidable potencia evocadora de estos paisajes; las suaves praderas donde
pastan ovejas latxas y caballos; las metas de helecho que salpican los campos;
los pueblos, preciosos, encadenados a una paz aletargada y deliciosa; el vuelo
elegante del milano… todo eso y mucho más es para mi la Sakana, un paraíso
rodeado de milagros.
Juan Goñi
(*) Prominencia, también
denominado prominencia topográfica, altura relativa, altura
autónoma, o factor primario de una montaña es un concepto usado en orografía
para la clasificación de las montañas. Se define como el desnivel mínimo que
hay que descender desde la cumbre de una montaña para llegar a otra, cualquiera
que sea, más alta. Cuanto más prominencia tiene una montaña más destaca entre
las que le rodean con independencia de su altura. Información extraída de Wikipedia.
Un rincón espectacular. Eso sí, lo del desmán de los Pirineos lo dejamos ya (desgraciadamente) para los libros de historia.
ResponderEliminarUn saludo.