Hojas de ginko y de liquidámbar en Bertiz
El Otoño se nos ha caído al
suelo, y descansa sembrando de colores el suelo del Bosque. El frio de la noche
condensa gotas de rocío en las hojas caídas, que poco a poco se van
convirtiendo en lo que fueron: suelo, humus, Tierra. La arboleda desnuda
resguarda la sabia en las profundidades del Mundo y descansa en silenciosa paz.
Mi hermano árbol me muestra su alma y su esqueleto en estos días de viento frio
que muerde despiadado. Y yo, aterido, hago lo mismo que ellos y me despojo de
un pasado que ya no existe, para fundirme con lo que siempre fui: humus, suelo
y planeta.
Mientras, bajo las hojas esparcidas
como el tesoro de un pirata, dormita invisible la Primavera perezosa.
Juan Goñi
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