Anochece pacíficamente en Bertizarana.
Ahora que los ecos de los
villancicos se van apagando, ahora que recogemos nuestro ánimo y nos quedamos
con nosotros mismos, ahora cuando empalagados de buenos deseos vamos volviendo a
nuestra rutina, ahora es cuando empieza de verdad, un año más, esta “Noche de
Paz”. Algo está en paz cuando está exento de violencia… ¿No es así?
¿Noche de Paz?
Hoy en el mundo hay activas al
menos 36 guerras olvidadas. Angola, Etiopía, Afganistán, Líbano, Siria, India,
Filipinas, Senegal, República del Congo, Mali, Yemen, Nigeria, Costa de Marfil,
Tailandia, Laos, Camboya… y un escalofriante etcétera. Desde la Segunda Guerra
Mundial han muerto en el mundo al menos cuarenta millones de personas en conflictos
armados. Los heridos, amputados, mujeres violadas o huérfanos en estos
enfrentamientos son incalculables.
Mientras tanto, miles de personas
mueren diariamente por hambre. Esto es violencia.
¿Noche de Paz?
La violencia que se ejerce por
parte de los poderosos sobre los débiles está llegando límites insospechados no
muy lejos de nuestras casas.
Al menos cuatrocientas mil
familias han sido desahuciadas de sus hogares en España desde 2007. El 34% de
los suicidios en España tienen como causa última los desahucios. El suicidio es
la primera causa de muerte violenta en España, por encima de los accidentes de
tráfico. Esto es violencia.
El paro alcanza cifras
insoportables cercanas ya al 26% de la población activa. Los recortes en las
políticas sociales incrementan notablemente las dificultades de subsistencia de
numerosos ciudadanos, que soportan situaciones de penuria intolerables. Esto es
violencia.
Por si esto fuera poco se agudizan
los recortes en sanidad y educación, mientras se rescatan instituciones
financieras con ingentes sumas de dinero. Esto es, ni más ni menos, un
genocidio financiero, del que son directamente responsables los poderes
económicos, especialmente la banca, y los gobiernos de José Luis Rodríguez
Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy Brey (PP), así como los gobiernos autonómicos. Para
desarmar las protestas mayormente pacíficas de los ciudadanos, indignados ante
esta situación, se utiliza la violencia física ejercida con una contundencia
brutal por las “fuerzas del orden”. Esto es, lógicamente, violencia.
Ancianos, enfermos, niños,
inmigrantes, mujeres maltratadas… los más débiles de entre los débiles son excluidos
del sistema, abandonados a su triste suerte y despojados de toda dignidad. Esto
es violencia.
¿Noche de Paz?
El Mundo entero está inmerso en
una guerra global contra el Planeta. Las políticas acaparadoras de riqueza y de
bienestar para unos pocos arrancan a dos tercios de la población mundial lo
básico para vivir dignamente. Se derrochan recursos naturales, se contaminan
los océanos, se emponzoña la atmósfera, se desertizan las tierras fértiles, se
destruyen bosques y selvas, se extermina la Biodiversidad… La guerra es total,
batalla tras batalla, día tras día. Una guerra en la que siempre perdemos. Esto
es violencia.
Ante tanta violencia ya no basta
con ser pacifista. Hay que ser además pacífico. Pacífico con el Planeta y pacífico
con nuestros semejantes.
El consumismo asociado a estas
fechas es, ni más ni menos, violencia.
El silencio ante las
desigualdades sociales es, ni más ni menos, violencia.
Destruir el patrimonio natural y
atentar contra la biodiversidad es, ni más ni menos, violencia contra nuestros
descendientes.
No exigir a nuestros gobernantes
que cesen de inmediato en sus políticas violentas es colaborar con la
violencia.
Te deseo una noche llena de Paz,
amigo pacífico y pacifista.
Te deseo muchas Noches de
Paz, porque esta que ahora acaba, por desgracia, no lo fue.
“Yo soy pacifista porque no estoy loco”
Jorge Luis Borges.
Juan Goñi
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