Vivir es beber
Foto de Felipe Noguera.
Sea donde sea, o con el caudal que sea, el agua siempre es borbotón de proposiciones, locuaz nacedero de ella misma. Y, claro, fuente de todo lo demás. Porque el agua es la pronunciación de ese largo idioma que llamamos vivir.
Lo acuoso es siempre fertilidad
original que nos afecta con su inmenso, eterno e incesante afecto. Si algo está
enamorado de todo lo vivo es el agua. Si hay una fracción sentimental en el
paisaje mirado es porque lo que sobre él
mismo vive, incluidos los espectadores, es fruto de la pasión del agua por
convertirse en millones de formas que palpitan en el propio charco que todos
somos.
¡Qué bien beben siempre los ojos!
¡Qué bien se abrazan siempre el
agua y la luz!
Porque vivir es beber y sed de
todos los demás.
Nuestros ojos son
Dos grandes gotas de agua:
¡Mirar es llover!
Dos grandes gotas de agua:
¡Mirar es llover!
Joaquín Araújo
Texto extraído de su libro "Éticas y poéticas del Paisaje"
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