San Pedro de la Rúa, en Estella-Lizarra,
donde reposan los restos de
Don Pedro, VII Gran Mariscal de Navarra.
Pedro de Navarra fue el VII gran Mariscal
perpetuo de Navarra, jefe supremo de los ejércitos de Navarra en los tiempos de
la Conquista y líder del bando agramontés. La familia de los Navarra descendía
de Leonel de Navarra, hijo natural del Rey Carlos II y Catalina de Lizaso. Estaban
muy ligados a Pamplona, pero se establecieron en Tafalla, donde construyeron un
gran palacio. En ese palacio, conocido como el Palacio de los Mariscales, es
donde hoy está situada la Biblioteca de Tafalla. Tras emparentar con los
Arellano, los Navarra se hicieron cargo del castillo de estos, en Estella, y
seducidos por la belleza de la Ciudad del Ega, decidieron construir una cripta
en San Pedro de la Rúa, una de las iglesias más bellas del Reino, donde
decidieron ser enterrados.
Como se ha dicho, Pedro de
Navarra, era el jefe del ejército de Navarra durante la Conquista de 1512.
Cuando el Duque de Alba tomó Pamplona, Don Pedro, junto con otros muchos
caballeros navarros, acompañaron a los reyes Catalina de Foix y Juan de Albret
en su huida a sus territorios del norte, cruzando los Pirineos por Isaba y
Belagua.
El 23 de enero de 1516 muere
Fernando II de Castilla y V de Aragón, apodado el Católico. En su testamento
justifica la conquista de Navarra por “"la notoria cisma conspirada
contra la persona del Sumo pontífice y Sede Apostólica y contra le patrimonio
de aquella...". Hay que recordar que la Bula de excomunión que dictó el
papa Julio II fue dictada el 21 de julio de 1512, cuando ya había comenzado la
conquista, y que no llegó a conocerse por estas tierras hasta un mes después,
por lo que la excusa que presenta a la Historia Fernando el Católico es
totalmente injusta e ilegítima.
Durante años, por orden de los
Reyes de Navarra, Don Pedro de Navarra realiza intensas negociaciones con la
Santa Sede para anular dicha injusta Bula de Excomunión, que resultan
infructuosas. Ante esta situación, Don Pedro recibe la orden de los Reyes de
recuperar militarmente el reino, por lo que prepara una ofensiva que tendrá lugar
el 17 de marzo de 1516. En este segundo contraataque, los ejércitos de Navarra
se dividen en tres columnas. La primera de ellas, con el rey Juan III de Albret
al frente, sitia San Juan de Pie de Puerto. La segunda, al mando del Vizconde
de Baigorri, toma Roncesvalles y controla este importante paso pirenaico. La
tercera, al mando de Pedro de Navarra, entra por Roncal y Salazar y sus tropas
se robustecen con el alistamiento de numerosos roncaleses y salacencos. Al
mismo tiempo, numerosas localidades de Navarra se alzan contra los invasores
castellanos. El alcaide de Sangüesa es detenido por Miguel de Jasso, hermano de
San Francisco de Javier; mientras tanto, Juan, otro de sus hermanos lucha con Pedro de Navarra en Roncal.
Las tropas de Pedro de Navarra
son derrotadas estrepitosamente en Isaba por los castellanos, ayudados por
algunos caballeros navarros como Miguel de Donamaria, al que se habían unidos
algunas decenas de aezkotarras. Esta segunda ofensiva navarra fracasa definitivamente. El Cardenal Cisneros
ordena la inmediata destrucción de las fortalezas navarras, y son desmochados
los castillos de Javier, del Eslava, de Tafalla… en definitiva la gran mayoría
de los castillos del reino son derruidos. Don Pedro cae preso y trasladado a la
fortaleza de Atienza, donde el nuevo rey de España Carlos I le conmina a
jurarle fidelidad a cambio de perdón, a lo que el Mariscal replica:
“Una vez más suplico, con toda humildad posible a su Majestad, se sirva
demostrar conmigo la magnificencia que ha de esperarse de semejante Majestad,
devolviéndome la libertad entera y el permiso de ir servir a quien estoy
obligado. La fidelidad, la limpieza que su Alteza quiere y estima de sus
servidores, yo podré guardarla a los míos, y por ello me tornaré cautivo y
esclavo de su servicio.”
Tras su negativa a deponer su
lealtad a los reyes Juan III de Albret y Catalina de Foix, Pedro de Navarra es
trasladado a los calabozos de Simancas, donde un día como hoy, 24 de noviembre
de 1522 es asesinado en extrañas circunstancias; mientras su hijo y heredero,
Pedro, lucha en el Castillo de
Fuenterrabía (hoy Hondarribia) en un nuevo intento de recuperar la libertad e
independencia del Reino de Navarra. La victoria castellana en estas hostilidades
en Irún y Hondarribia, que pasaron a la Historia con el nombre de la Batalla de
San Marcial, todavía se conmemoran en las fiestas de estas dos localidades con
sendos “Alardes”. El Castillo de Fuenterrabía cae el 29 de abril de 1524,
poniendo fin a los intentos de reconquista de la Navarra peninsular por parte
de los legítimos Reyes de Navarra.
Don Pedro de Navarra, VII
Mariscal de Navarra, está enterrado en la Cripta de los Mariscales, al pie del
altar mayor de San Pedro de la Rúa, en Estella.
Nota: Don Pedro de Navarra tuvo
un hijo natural en Tafalla con Doña Mayor de la Cueva: Don Francisco de Navarra
y Hualde, nacido en 1498 en el Palacio de los Mariscales. Con el tiempo, este
tafallés llegó a ser Prior de Roncesvalles, y posteriormente Rector de la
Universidad de Salamanca, obispo de Ciudad Rodrigo (Badajoz) y Arzobispo de
Valencia. Participó muy activamente en el famoso Concilio de Trento y a él se
le atribuye una extensa obra teológica y una “Historia General de España”. Murió en Torrente (Valencia) el 14 d abril de
1563. Está enterrado en la Catedral de Valencia. La plaza mayor de Tafalla
lleva su nombre.
Juan Goñi
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