Bertiz me sabe a música.




Glicinias sobre el estanque del Jardín de Bertiz.
Foto de Bernardo Carrió.

No sé por qué, cuando paseo por el Jardín de Bertiz me vienen a la cabeza las notas de los nocturnos o las baladas de Chopin. Sus estanques recoletos, sus fuentes cantarinas, su follaje inexpugnable, su vegetación diversa, exuberante, sorprendente y las extravagantes flores que por estas fechas lo adornan todo… todo ello le da un aire dieciochesco al entorno. Mitad romántico, mitad “art-nouveau”, el Jardín de Bertiz es un lugar para recorrer a ritmo “Larghetto”, como mucho con un “Andante catabile” levemente sincopado. Las glicinias, los bambúes, las camelias y los nenúfares me traen aromas de Satie; las enormes secuoyas, cipreses o abetos me huelen al Beethoven más pasional; los reflejos de sus estanques me recuerdan a un Debussy que se abandona y deja caer sus brazos ante la hermosura.

A veces llueve en el Jardín de Bertiz, y es entonces, cuando la lluvia de mayo acaricia los liquidámbares y los ginkgos, cuando a este laberinto le crecen lágrimas centelleantes por entre los pasillos umbríos. Los musgos exhalan sus verdes más intensos, la hojarasca brilla en su monotonía y los pensamientos gotean colores y aromas. Y entonces se me aparece Rajmáninov por el recodo que esconden los setos de boj, y se escucha susurrante un Vocalise impuro, híbrido con el rumor del viento y los leves cantos de las aves.

Otras veces, las menos quizá, luce el sol limpio y el cielo azul sobre las hojas de los tilos de Bertiz. Y es entonces cuando un Ravel juguetón se sienta a la sombra y bromea con las notas de su piano volatinero de escalas y trinos.

Bertiz es Naturaleza, desde luego, pero en su alma más profunda duerme la Música del Mundo… seguramente porque no encontró otro lugar más bello para reposar….

Y hoy continua el idilio… y hoy Bertiz… hoy Bertiz me sabe a Fauré. 

Juan Goñi


Arthur Rubinstein interpreta el Nocturno nro. 2 de F. Chopin:

El violinista Erick Friedman interpreta el Beau Soir de Debussy con arreglos de Heifetz:

Tim Story interpreta la primera de las Gymnopedie de Eric Satie:

Sergei Rajmáninov – Vocalise con Luka Sulic al chelo:

Schonherz & Scott interpretan el  “Libera Me” del Requiem de Gabriel Fauré:



 

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