Zugarramurdi, Xareta, Navarra-Nafarroa
Por Isidro Etxeberria.
Abril, abril… no sé nada de ti. Solo
que no te gusta encasillarte, y que meas por doquier a la primera ocasión.
Dicen que tu nombre podría derivar de Afrodita, la diosa del amor sensual. ¡Yo
qué sé! Solo sé que hoy amaneces con cielos grises y xirimiri, como es de ley
en las tierras verdes y tranquilas del País del Bidasoa. Sé que hace tiempo que
perdí la fe en ti. Ya no me engañas más. Aunque los prados y los bosques andan
resucitando, tus cielos suelen ser grises y apagados, tu lluvia, impertinente,
tus vientos fríos y confusos. Sé que si espero, desespero, así que no, no
espero nada de ti.
Pero si alguno de estos días te
arreglas y te pones guapo, si dejas que te veamos a la luz del sol, si te pones
bajo el cielo limpio y azul… entonces, con un solo guiño dejarás mi corazón
rendido. Porque, ya lo sabes, puñetero, eres guapo como ninguno.
Abril, abrileño, tan descuidado…
Tu mamá primavera se esfuerza y te arregla el cabello antes de salir de casa.
Te compra ropa nueva y te lustra los zapatos. Pero en cuanto sales a escena ya
estás chapoteando en los charcos, disfrazándote de invierno, y desesperando a
propios y extraños con tus lloriqueos a destiempo, con tu rebeldía descorazonadora,
con tu mala leche y tus rabietas. Abrilejo florido y canturrón, cuanto más
tienes más deseas, y envidias a enero y a febrero, te pones los ropajes grises
de noviembre y vas a contracorriente. Tontorrón que me contagias tus bobadas…
Niñato malcriado y mimoso, tan guapo y tan gilipollas.
Ya veremos, pero no me fio un
pelo….
Juan Goñi
fíate Juan, este año viene guapo...
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