Ocaso en Biarritz, Lapurdi.
"En
algunas [regiones], al ponerse el sol, le dirigen un saludo que
empieza así: “Eguzki amandrea badoia bere amangana...” “La
abuela Sol va hacia su madre...", dando a entender con esto que
el sol se retira al seno de la tierra. El sol es considerado, pues,
como Hija de la Tierra. También en algunos lugares de la montaña de
Navarra le saludan llamándole abuela. En otros lugares (región de
Gernika) le consideran como personaje sagrado y le aplican los
calificativos de bendita y santa: “Eguzki santu bedeinkatue, zoaz
zeure amagana...” “Sol santa, bendita, vete hacia tu Madre” le
dicen cuando va a ocultarse en el occidente. En Mañaria, al ponerse
el sol, le saludan diciendo agur “adiós”: de lo contrario el
Sol, dicen, se retira llorando donde está su Madre que allí creen
que es la Virgen María o Andra Mari, nombre que también designa al
numen Mari, Tierra personificada, según ciertos relatos de Goierri y
de la montaña de Navarra". (Barandiaran, 1972).
El
Sol, Hija de la Tierra, Abuela de los Hombres, se retira al seno de
su Madre en este ocaso sin par, en los mares bermejos de Biarritz
(Lapurdi). Recorrerá sus profundidades para hacer el camino inverso
y salir por el este cuando cante el gallo. Por eso, cuando los
navarros añoramos a nuestra abuela, el Sol, golpeamos fuerte el
suelo, ya sea con las rítmicas makilas de Santa Águeda, ya sea con
el telúrico caminar de los Joaldunak.
Todos
llamamos a nuestra Amatxi del cielo de una u otra forma. Y cuando
Eguzki camina por el cielo y todo lo ilumina, levantamos las manos y
bailamos de alegría.
Canta
el gallo ahora mismo, aún noche cerrada en el País del Bidasoa. Así
que déjame que mire al este, allá por Saoia. Amatxi (la Abuela)
sale de las entrañas de la Tierra, de nuevo. Hoy es siempre todavía.
Juan Goñi
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