Música



Estaba solo, era de noche, hacia frio y no conseguía dormir. Se acercó a mi con dulzura y me cogió de la mano. Acarició mi cabello y masajeó suavemente mis hombros doloridos. Y me besó. Y todas mis cortezas se erizaron; las de dentro y las de fuera. Me llevó de viaje, en un instante, volando en silencio. Me mostró sonriente el mundo y sus maravillas. Me guió hasta el Fin del Mundo y allí nos sentamos a charlar, con las piernas colgadas del abismo. Volvimos planeando hasta mi cuarto, por entre estrellas y silencios. Y allí me rodeó con su cuerpo entero. Y me hizo el amor despacio, sigilosamente, mientras el gallo anunciaba el nuevo día. Y otra vez, sin palabras... hasta que me dormí en su cálido regazo. Los truenos consiguieron que todo volviera a empezar. Y subí un poco más el volumen... para ir un poco más lejos.

A la música, que siempre me da calor, compañía, fuerza, futuro, amor...
A la música y a su forma de amarme sin palabras...
A la música, a su eterna fidelidad que me emociona...

Cuando todos se van... ella no.

Música...
mis bosques de adentro.

Juan Goñi.

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