Herrerillo común, Amilotx urdiña, Cyanistes caeruleus.
Por mi amigo Iñaki Atxa (https://inakiatxa.wordpress.com/),
que sabe acariciar a las aves con su mirada.
Marzo es el mirlo cantando a la alborada urbana y el zorzal
oculto del bosque. Marzo es la prímula, el eléboro y los narcisos. Marzo es el
espino sonrojado, el cerezo blanco, el fresno que asoma. Marzo es la ventolera
fría y la helada a destiempo. Marzo es el sol vigoroso de las primeras tardes
primaverales. Marzo es, ¡qué tontería! ¡Como somos todos! : Voluble y asustadizo,
indeciso, tímido y aturdido. Marzo es
nieve traviesa y desconfiada. Marzo es invierno despintado, es febrero volandero,
es veleta movediza y fértil bautizo eterno. Marzo son las grullas fugitivas,
los alimoches bienvenidos, las cigüeñas que danzan, la primera golondrina.
Marzo es promesa verde en la cúpula de la arboleda, es arroyo copioso, es
herrerillo enamorado, es barro limpio en el camino. Marzo es montaña blanca y
valle amarillo, es tarde roja y fresca luna verdulera. Marzo es tardes
resucitadas, cambio de horario, sol recrecido. Marzo es a veces abrigo, a veces
abrigado, a veces desabrido, a veces chubasco solanero. Marzo es huerto que
despierta, alcachofas con jamón y fresas con nata. Frutales florecidos en los
ribazos, trigos verdes que despuntan, primavera cierta en la dehesa, crudo invierno
en la praderas montanas. Marzo es tontorrón embelesado, suspenso en
matemáticas, enamoradizo, tenorio de mentira, payaso a veces, funeral de
tercera otras. Primeras contracciones del parto, contorsiones contradictorias,
síntomas discordantes, pasito hacia adelante y pasito hacia detrás, vueltita y
empezamos otra vez.
Marzo se me parece más de lo que me gustaría. Soy, reconozcámoslo,
un viejo “marziano” que sueña con ser mayor.
Juan Goñi
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