Entre nieves y lluvias, entre fuertes vientos y
bajas temperaturas, un rayo de sol atraviesa las nubes y el arcoíris
aparece tras la iglesia de Legarda. Desiertas las calles del pueblo, la
gente se esconde de la nortada en los caseríos, al amor del hogar, y
probablemente por ello, pasa desapercibido para todos el arco de colores
que embellece el cielo oscuro y amenazante. Es un recuerdo de otros
días, un aviso a los ateridos habitantes a este lado del Horizonte.
Porque pese a todo, el sol está tras el frio, la primavera aguarda más
cerca de lo que pudiera parecernos, y mientras nos embozamos en bufandas
y abrigos, el cielo mismo nos lo recuerda, como siempre, con belleza y
delicadeza cristalina. Febrero, locuelo, ¿cuánto frio guardas todavía en
tu morral?
Juan Goñi
Legarda, cuantos recuerdos!! Buen pasaje, Juan!
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