Vencejo bebiendo en un remanso de un río.
Durante estos estamos viviendo un
episodio de bajas temperaturas y chubascos abundantes. Esta situación, que
puede ser para nosotros incómoda o desagradable, significa para algunas aves un
escenario crítico entre la vida y la muerte. Me estoy refiriendo a la familia
de las golondrinas, los aviones (Hirundiidae)
y los vencejos (Apodidae).
Todos los miembros de estas dos familias
se alimentan de lo que técnicamente se denomina plancton aéreo. Se trata de
multitud de insectos que el ave captura en vuelo. Para ello vuelan rápido con
el pico bien abierto, dispuestos a engullir mosquitos, moscas y otros insectos
voladores. Por desgracia, las bajas temperaturas están propiciando que no haya
insectos en el cielo, lo que significa que estas aves no pueden alimentarse.
Además, la gran especialización de estas aves a este tipo de alimento las hace
incapaces de alimentarse de otra manera o de otros recursos, por lo que, o
huyen del temporal o mueren de hambre. Además estas circunstancias de tiempo desapacible
están coincidiendo con el periodo de cría de estas especies. Cuando las malas
condiciones meteorológicas coinciden con esta crítica etapa, muchas nidadas de
estas aves se pierden e incluso los adultos pueden morir de inanición.
En la foto, un vencejo común bebe
en un remanso de un río. Los vencejos (Apus apus – Sorbeltz arrunta) son quizá
las aves mejor adaptadas al vuelo que existen. De hecho nunca se posan sino es
para anidar. Comen, beben, duermen e incluso se aparean en vuelo. Estas aves
son de las últimas en llegar a nuestras tierras para reproducirse, y también de
las primeras en abandonar la Península Ibérica. De hecho, la gran mayoría de
los efectivos de vencejos peninsulares comienzan a volver a sus cuarteles de
invierno en la primera y segunda semana de agosto. Después del 15 de agosto,
los vencejos que se ven en nuestros cielos son mayoritariamente vencejos
migrantes del norte de Europa que nos sobrevuelan en su viaje hacia África. Pueden
hacer grandes desplazamientos gracias a su impresionante capacidad de vuelo, habiéndose
medidos desplazamientos de hasta mil kilómetros en un solo día en su huida ante
condiciones meteorológicas desfavorables. Los pollos pueden quedarse solos en
el nido por largos periodos de tiempo, mientras sus padres se alimentan a
varios cientos de kilómetros de la colonia de cría. Los pollos aguantan esta
situación entrando en un estado de sopor parecido a la hibernación, reduciendo
al mínimo su metabolismo, lo que les permite aguantar hasta una semana sin
comer.
Las condiciones meteorológicas
condicionan en extremo el éxito de la reproducción de numerosas especies. Son las
especies migratorias de larga distancia las que peor soportan una situación
climática excepcional como la que estamos viviendo estos días. Su calendario
está optimizado al límite para aprovechar las mejores condiciones para afrontar
la reproducción, y este periodo frío a mediados de mayo puede ser catastrófico
para su prole.
Nadie dijo que la Vida fuera
fácil. Pero aun así, y estas aves nos lo demuestran cada día, la Vida merece un
esfuerzo aunque este sea extenuante y veces, infructuoso. Esperemos que cambie
el tiempo definitivamente y comiencen cuanto antes las temperaturas típicas de
estas fechas, y que no sea demasiado tarde para estas reinas de los cielos,
estos garabatos alados cuyo canto estridente forma parte del paisaje sonoro de
la primavera. Todos ansiamos el calorcito… pero a algunos les va la vida en
ello.
Para pincha aqui para saber más sobre el vencejo, esta soprendente ave.
Para pincha aqui para saber más sobre el vencejo, esta soprendente ave.
En este video podemos ver a los vencejos aprovechando unos nidales colocados al efecto en Bélgica. ¡Cuánta ventaja nos llevan en la defensa y cuidado del medio ambiente! ¡Cuánto tenemos todavía que aprender!
Juan Goñi
Interesante
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