Elizondo, barrio y presa de Txokoto desde Bagordi.
La presa y el puente de Txokoto, en Elizondo, es más que un
salto de agua. Es la postal de Elizondo, donde van a parar los viajeros
curiosos, donde vuelven siempre los elizondarras a mirar su rio, a amar su
pueblo.
Txokoto ha estado en el punto de mira de la Confederación Hidrográfica
del Cantábrico, del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, o
de la Asociación Ríos con Vida, pero en Elizondo han defendido con uñas y
dientes su txoko, y ahí siguen atronando las aguas del Baztan, como desde 1397,
año en el que aparece la primera mención documental del molino que dio lugar a
la presa.
Cierto es que debemos intentar dejar los ríos lo más
accesibles posibles para que las truchas y los salmones puedan transitarlos sin
problemas. Pero también es cierto que hay que defender el patrimonio cultural,
histórico y afectivo de los pueblos y las gentes. Y no cabe duda que la presa y
el puente de Txokoto forma parte de ese patrimonio elizondarra.
En junio de 2012 la Institución Principe de Viana abrió un
expediente para que la presa y el puente de Txokoto sean declarados Bienes
Inventariados, y por lo tanto sean protegidos. Bien se hará si además se
estudia detenidamente la forma de evitar que esta presa signifique una “frontera”
en la necesaria continuidad biológica del río. Estoy seguro de que cabe unir
los intereses culturales con los intereses ecológicos. Esta es, a mi modo de
ver, la mejor opción para continuar disfrutando de un Txokoto cantarín y de un
río Baztán vivo, limpio y lleno de vivacidad.
Juan Goñi
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