La regata Ezpelura - Malerreka - Navarra/Nafarroa,
alberga alguna de las mejores poblaciones de desmán ibérico del planeta.
Allí donde las aguas aún son
cristalinas, donde el rio fluye libre de represas artificiales, donde las aguas
frescas están bien oxigenadas y la contaminación química no ha diezmado las
poblaciones de larvas de insectos, allí donde el rio aún cuenta con unas
orillas arboladas, sanas y no erosionadas, solo allí es donde todavía podemos
encontrar al desmán de los Pirineos o desmán ibérico - Muturluze piriniarra (Galemys pyrenaicus).
En la Península Ibérica tenemos
dos mamíferos endémicos (que solo existen aquí) y en grave peligro de
extinción: el lince y el desmán. Pero mientras el lince es un animal
ampliamente conocido, popularmente reconocido y profusamente estudiado, el
desmán es un auténtico desconocido de nuestra fauna. Quizá su aspecto poco
agraciado, tan parecido al de una rata común, o quizá sus costumbres tan
esquivas, o quizá la desidia de unas administraciones que no han sabido o no
han querido poner de relieve la importancia de este simpático animalillo, quizá
por todo ello, el desmán ibérico se encuentra en una situación crítica en
cuanto a su conservación.
Desmán ibérico - Muturluze piriniarra - Galemys pyrenaicus.
Foto de http://www.lifedesman.es
Históricamente el desmán vivía en
las cuencas altas de los ríos de los Pirineos, de la Cornisa Cantábrica, del
Sistema Ibérico y del Sistema Central. Los últimos sondeos lo dan prácticamente
por extinguido en gran parte de estas zonas. La población del Sistema Central,
al este de la Sierra de Gredos se encuentra probablemente extinguida. Desde los
años 90 cinco prospecciones han tratado de localizar al desmán en las
provincias de Cuenca, Guadalajara, Ávila, Segovia y Madrid, sin conseguirlo. En
Cantabria la especie está sufriendo un descenso generalizado, al igual que en
el Pirineo aragonés, catalán y andorrano. En Bizkaia, Gipuzkoa y Araba se da raramente.
Solamente el rio Leizaran y algunos tramos del Urumea y el Oiartzun conservan una relicta población de desmanes en
toda la geografía de Euskadi. Poblaciones escasas y muy aisladas se conservan
en Galicia y en el norte de Portugal. Los cálculos más optimistas aseguran que
el desmán ha perdido el 30% de su población en solo diez años, y en los
próximos diez se augura un descenso similar si no mayor. En cualquier caso, el
estado de las poblaciones de desmán todavía es en gran medida desconocido.
Este animal es un inmejorable
indicador de la salud de nuestros ríos. Su presencia asegura un óptimo estado
del cauce y de las aguas, y su ausencia delata graves problemas en la
conservación de este hábitat. Las pequeñas presas hidroeléctricas, la
contaminación, el descenso del nivel del rio por efecto del aumento del consumo
de agua, la sedimentación de arenas en el lecho del rio debidas a erosión, a
obras públicas, a minería a cielo abierto etc. son algunas de las causas de
este fatídico declive. Además, el cambio climático aún hará más difícil la supervivencia
de esta especie. Los desmanes solo pueden vivir en lugares con precipitaciones
superiores a los mil litros por metro cuadrado al año, y esta circunstancia se
hace cada vez más anómala conforme avanzan los efectos del cambio climático.
Se ha constatado la presencia de algunas
de las mejores poblaciones europeas, estables y sostenibles, de desmán ibérico en
los cursos medios y altos de las regatas de los Valles del Baztan y Bidasoa. Esta
constatación debería hacernos sentir orgullosos por tener en estas tierras
algunos de los últimos reductos para esta especie. En cambio, hemos ser
conscientes de la responsabilidad que acarrea este privilegio. Tenemos la responsabilidad
de mantener y conservar estos últimos
refugios para el desmán.
Cuidar los ríos; ser cautos en el uso del agua; evitar
las fugas de purines; extremar la precaución en el uso de productos fitosanitarios
o mejor aún, evitarlos; proteger la ribera de los arroyos y evitar su
deforestación; mantener siempre caudales biológicos estables; mantener la
continuidad del rio, evitando la construcción de presas y destruyendo aquellas
levantadas irregularmente; luchar a brazo partido contra la pesca ilegal con
redes; exigir a nuestras autoridades que pongan en marcha mecanismos para la
salvaguarda del rio y su ribera… todo esto y mucho más es lo que estamos obligados
a hacer si queremos preservar en nuestros arroyos una de las especies más
raras, escasas y desconocidas de la fauna europea.
Para empezar a cuidar, primero
hay que informar.
Conocer para respetar, respetar
para amar, amar para defender.
Félix Rodríguez de la Fuente nos habla del desmán ibérico en este episodio de El Hombre y la Tierra.
Juan Goñi
Yo le veo un cierto aire gracioso como de dibujo animado. Muy buena entrada con buenos datos.
ResponderEliminarSaludos
Javi
Muchas gracias Javi, un abrazo!
ResponderEliminarMe acuerdo que cuando tenia 13 años cada vez que ivamos de escursion familiar a la sierra de aralar (que pilla cerca puesto que son de lakuntza) mi padrastro y yo ibamos al rio para ver este graciosillo animal que aparecia y en 10 segundos o asi se desbanecia, me dio mucha pena cuando desaparecio de alli.
ResponderEliminar