Simplemente amanece.



.- ¡Corre, corre, que ya empieza!
.- Ven, siéntate a mi lado y tápate con la manta. Hace fresquito.
.- ¿Y esa ave que se oye?
.- Ese es el zorzal. Uno de los más madrugadores. Pero ya empiezan a cantar los demás: El chochín, el mirlo, la curruca capirotada, el petirrojo, el colirrojo... ¡ya casi todos están despiertos!
.- ¡Buff! Calla, calla, ¡qué emoción! ¡Está a punto de ocurrir!
.- Mira el cielo, ¡qué maravilla!
.- ¡Se oye un búho!
.- No es un búho, es un cárabo. Se está despidiendo de la noche. ¿Oyes? Por allí se oye otro.
.- ¡Madre mía! ¡Debe de haber millones de aves! Se oyen por todos los lados.
.- No hagas ruido. Solo disfruta. Este es el momento más importante del día. Y hoy es el único día que importa. Este es el momento más importante de nuestras vidas, ahora mismo, en este mismo instante. Debemos saborear cada segundo.
Despunta el alba tiñendo de rojo el horizonte; pintarrajean las nubes el azul cobalto del firmamento y las últimas estrellas de la noche agonizan entre reflejos dorados. Las montañas azules enmarcan el contorno de la alborada. Cambia el escenario a cada instante para que nada cambie, mansamente se modifica el paisaje, tan rápido como quepa imaginar, vertiginosamente, calladamente, apaciblemente; en un abrir y cerrar de ojos el día se nos echa encima. El día en el que volveremos a empezar, el día en el que empezaremos a vivir, el día más vital de nuestras vidas, el día de HOY.

Feliz despertar, exánimes cadáveres del Mundo, prósperos pajarillos en los nidos, susurrantes corrientes de agua y vientos, nubes celestes de roja faz enmudecida, montañas verdes tintadas de negro, colosales océanos de mis recuerdos. Bendito el momento del ahora, bendita tu hora efímera que comienza a cada instante. Buenos días, mariposas, sapos y hormigas, que la Vida os reconozca y la eternidad os gratifique. Buenos días te deseo, Tierra entera. Porque hoy, como siempre jamás, lentamente, simplemente, amanece.
Juan Goñi

1 comentario:

  1. Sencillamente verdad y tu sabes como contarla.
    Tus palabras llegan muy adentro y, despacio, tal y como amanece.
    Un abrazo
    Xabier Garate

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