Peñas de Aia desde el Alto de Aguiña (Lesaka).
En primer término, la estela que Oteiza dedicó a Aita Donostia.
En Lesaka, cerca del límite entre
Navarra y Gipuzkoa, se levanta el Alto de Agiña (Agiña significa tejo en
euskera). Desde allí el paisaje es dominado por las Peñas de Aia (Aiako
harriak). En este lugar decidieron nuestros antepasados prehistóricos dar
sepultura a sus muertos, y por ello toda la zona está plagada de monumentos
funerarios prehistóricos (Crómlech).
Allí, a los pies del paisaje sobrecogedor, se esparcían sus cenizas para
que sus almas volvieran al lugar de donde surgieron, de la Tierra, del paisaje.
El 30 de agosto de 1956 murió en
Donostia José Gonzalo Zulaika, más conocido como Aita Donostia, el Padre
Donostia, escritor, musicólogo, compositor y organista que dedicó su vida a
recopilar y sacar a luz el acervo musical de esta tierra. Este hombre fue un
amante y estudioso del folklore vasco, fundamentalmente del floklore musical de
Esukalherria, y más en concreto, de las canciones populares que se cantan (o
cantaban) entre estos paisajes. Diez días después de su fallecimiento, la Junta
del Grupo Aranzadi aprobó por unanimidad “plasmar en un sencillo monumento,
emplazado en un lugar solitario, el recuerdo el cariño y la admiración por el
buen fraile, que tanto hizo, para poder ser considerado como verdadero Amigo
del País”.
Para llevar a buen fin este
proyecto, la Junta acordó ponerse en contacto con Jorge Oteiza, y así lo hizo
en noviembre de ese año en la siguiente carta:
Tenemos el honor de comunicarle
que en reunión de junta directiva de fecha 10 del corriente, se acordó que el
monumento al R. P. José Antonio de Donostia, a erigir en Agiña, término de Cinco
Villas, sea planteado y resuelto con la colaboración de Vd. y la del Sr. D.
Luís Vallet de Montano, Arquitecto, agradeciéndole muy de veras su valiosa
cooperación, rogándole nos haga llegar cuanto antes su proyecto.
Dicho proyecto ha de ajustarse a
la erección de un monolito y una ermita sencilla, que recuerde la personalidad
del gran músico amado por todos. La ermita, recordaría, el carácter religioso
del monje capuchino.
En 1959, en un lugar donde la
monumentalidad ya existía, se erigió la estela de Jorge Oteiza y una pequeña
capilla del aquitecto Luis Vallet. Sobre los crómlechs de Agiña, frente al
paisaje sobrecogedor de las Peñas de Aia, desde donde aún se puede ver Donostia
y su Monte Igeldo, allí donde todo es silencio, se levanta como un testigo del
Tiempo esta inquietante obra del gran Oteiza
.
Me resulta casi insolente
describir el paisaje que se abre ante mis ojos desde esta atalaya natural.
Dejaré a la imaginación del lector las sensaciones que el paisaje trasmite, el
viento que desde el océano cercano golpea mi rostro emocionado. Simplemente
maravilloso. No tengo más palabras.
En diciembre de 2008 murió Mikel Laboa, el gran
cantautor donostiarra. Sus cenizas fueron esparcidas aquí en una emotiva
ceremonia. Tras esparcir sus cenizas alrededor de este monumento, una mujer
entre el público arrancó a cantar su canción “Txoria txori”, y gran parte de
los asistentes la secundaron. Allí, a los pies de un monumento de Oteiza
dedicado al gran Padre Donostia, reposan, junto a los restos de muchos hombres
del primer milenio antes de Cristo, las cenizas de este hombre que tantas veces
logró emocionarnos.
Al marchar, al dejar atrás este
panorama sobrecogedor, releo las palabras esculpidas por Oteiza en la parte de
atrás de su bella estela:
«Txori kantazale ederra, nun ari
ote aiz kanta-tzen?»
(Hermoso pájaro cantarín, ¿desde
dónde estás cantando?)
Desde entonces el viejo cantautor
reposa donde siempre quiso, en su Bosque. Y con él, un poquito del alma de cada uno de nosotros.
Juan Goñi
Nota: Quisiera agradecer a mi
amigo Ixidro Etxeberria, lesakarra amante de bosques y paisajes, su gentileza
al acompañarme hasta estos panoramas que se han quedado grabados en mi corazón.
Como portadora del apellido Vallet me da alegría que un profesional como Luis Vallet de Montano esté encargado de la obra.
ResponderEliminarMe alegro de que te de alegría María Teresa. Un abrazo y gracias por leerme!
EliminarNo puede estar en un entorno mejor
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