Una paz que cura el alma.



Prados montanos en Txaruta
(entre Malerreka y Ultzama - Navarra/Nafarroa)

Suena a cencerros la mañana; a cencerros y a amanecer. Cantan las alondras colgadas del cielo, tan altas que no se ven, solo se les oye. Planean los buitres y los milanos cerca del suelo, bucean en la transparencia persiguiendo al sol de la mañana, exploran la atmósfera a la caza de aire cálido que les eleve, que les lleve lejos.  Huele a hierba mojada y a estiércol. Del norte el viento se trae recuerdos del océano en forma de brumas y nubes. Al sur, cielo azul, radiante y limpio, sin textura ni distracción. Aquí arriba, en la montaña, todo parece tener dos caras. A un lado una Malerreka vaporosa, casi oculta por la bruma. Al otro una Ultzama luminosa y verde, clara, lúcida y tranquila.

Camino por donde las aguas se dividen. A este lado bajan cantarines los riachuelos hacia el Cantábrico. A aquel, más tranquilos, los regatos andan buscando lejanos destinos más allá del horizonte; el Mediterráneo es desde aquí una entelequia inverosímil, una utopía a la que se dirigen ríos y caminos, allí lejos,  por dónde sale este  sol de julio.

El ganado mordisquea el pasto húmedo de la alborada. Luego buscarán la sombra profusa del hayedo, a pasar los calores del mediodía al fresco del bosque. Pequeñas aves, que desde aquí no distingo, chapucean en los charcos que se han formado junto al abrevadero. Y un poco más allá, las cornejas riñen ruidosas no sé a qué o a quien.

Entramos solos en estas inmensidades prodigiosas y casi no hablamos. Caminamos sin ruido para no molestar a nadie ni a nada, para no romper el hechizo, para no emborronar esta estampa extraordinaria.

Y nos retiramos tímidamente sin llevarnos nada; salvo el recuerdo de un momento en el que todo, de nuevo, pareció volver a tener sentido. Esta foto es un recuerdo para ti; aunque no estuviste entonces, estás ahora, conmigo y mis amigos, en estas verdes inmensidades solitarias, vacías de ruido, llenas de música y de vida, envueltas en esta paz que cura el alma.

Juan  Goñi

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