Aquí debajo, Gaztelu. Al frente, Santesteban-Doneztebe.
Un poco más a la izquierda, Elgorriaga.
Y dominándolo, el Mendaur nevado.
Y, claro, aquel es el Mendaur, nuestra montaña mágica. Aquí, justo debajo está Gaztelu, que en su momento fue
un municipio independiente pero hoy es un barrio de Donamaria. Y allí al fondo,
justo debajo de Mendaur, se ven las casas de Doneztebe-Santesteban.
Doneztebe/Santesteban es la
capital de las históricas “Tierras de Lerín” (Donamaria, Elgorriaga,
Gaztelu, Ituren, Oitz, Sunbilla, Urrotz, y Zubieta), y por ello se le llamó San
Esteban de Lerín o Santesteban de Lerín hasta no hace demasiado tiempo.
Como te puedes imaginar, estas
tierras formaban parte de las posesiones de un importante personaje del antiguo
Reyno de Navarra: el Conde de Lerín. Este título lo creó el rey Carlos III para
su hija natural Juana, al contraer matrimonio con Luis de Beaumont. Esta
familia se opuso fuertemente a las tretas de Juan II de Aragón en su lucha
frente a su hijo Carlos, Príncipe de Viana, a mediados del siglo XV, y encabezó a los partidarios del legítimo
heredero del Reyno. Tal era la importancia de esta familia en estas luchas que
al bando que apostaba por la restitución de Carlos al trono navarro se le llamó
el bando “beaumontés”. El tercer Conde de Lerín, también llamado Luis, pasó a
la historia por ayudar a Fernando el Católico (Fernando el Falsario según la
nomenclatura navarra) en la conquista de Navarra de 1512. En 1588, y por
uniones matrimoniales, el título de Conde de Lerín se une con el duquesado de
Alba; a partir de entonces los duques y duquesas de Alba serán, además, condes
y condesas de Lerín y Condestables de Navarra.
Ahí mismo, en Santesteban,
confluyen dos ríos, el Ezkurra y el Ezpelura. De su unión nace el rio Galbaraialde,
uno de los más cortitos que conozco, porque enseguida vierte sus aguas al
Bidasoa. Ya ves, ¡estos doneztebarras tienen cuatro ríos bien majos! … te
puedes imaginar que piensa uno de Tafalla cuando llega aquí: allí nos
conformamos con el Zidacos, que aunque a veces se lleva el puente, casi siempre
esta tan seco “como la pata de un santo”, que dice mi suegro. Bueno, no te fíes
del Zidacos… consejo de tafallés.
Volvamos a Santesteban, que,
hablando de santos, se me va el santo al cielo. Aquí tienen como patrón a San
Pedro, y por entonces son sus fiestas. Por esas fechas los días son largos, las
ganas de verano, copiosas, y copiosas son también las “cenicas” que organizan
la víspera los doneztebarras en sus txokos y sociedades: baztan-zopas,
txuri-ta-beltz y canutillos de crema… ¡buen menú, señor!
El día grande, tras la Misa Mayor
y junto a la iglesia, tiene lugar uno de los momentos más entrañables y
emocionantes para estas gentes. Primero se baila la bandera del pueblo, que se
hace tremolar y se humilla ante los asistentes y el Ayuntamiento en pleno, en
la “ikurriña goratu”, y después, el Trapatán, un baile que tras perderse durante
cuarenta años, afortunadamente se recuperó y hoy forma parte del corazón de la
fiesta y del alma de Doneztebe. Trapatán, trapatán, trapatán, trapatán: tres por
cuatro, que diría Miren, la maestra de música de mi infancia.
Doneztebeko Bandera-dantza eta Trapatan
Bueno… y aparte de todo esto que
te cuento… ¿qué me dices del paisaje?
Juan Goñi
El paisaje es de primera. Y las danzas me parecen preciosas: logran la sincronización de los danzantes en pasos rápidos y a veces complicados, con de una música sencilla, de solo un par de instrumentos. Nada más difícil que la sencillez.
ResponderEliminarGracias por descubrirme tantas cosas de tu tierra.