En pro de los inventores de las flores



 Flores de abril

Cuando admiro los pastos y los bosques de estos días mi mirada se queda adherida a las flores… ¿será que tengo querencias de insecto?

Son las flores los más bellos ejemplos de lo que hace la cooperación. Las flores son monumentos a la simbiosis y a la reproducción; en definitiva, son el vestigio vivo de la cooperación en pro de la Vida. Todos los seres de la Tierra (excepto quizá uno) colaboran, quizá sin saberlo, en la difusión de la Vida por doquier. El caso de las flores es quizá el más espectacular de todos. 

Cuando veas un escarabajo, una avispa, un abejorro o cualquier otro de esos insectos que suelen llamar “bichos”, piensa, aunque solo sea por instante, que las flores son un invento suyo. Quizá en ese instante te dé tiempo a considerar la opción de no pisarlo, aplastarlo, envenenarlo. Ellos inventaron las flores…. Ellos inventaron la primavera. Y la inventaron colaborando, sincronizando su evolución a la de la gran mayoría de las angiospermas. 

Más 257.000 especies de plantas con flores cubren y dominan la faz de la Tierra. Tantos y tantos milagros de la co-evolución, tanta y tanta belleza delicada, tanto y tan bonito fruto de la cooperación debería de enseñarnos algo. La rivalidad y la discrepancia nunca concibieron algo tan bello, tan masivo, tan gratuito. ¿Aprenderemos algún día?

Juan Goñi

"Las flores se encuentran dentro de las producciones más hermosas de la naturaleza; pero se han vuelto visibles al contraste con las hojas verdes, y en consecuencia, hermosas al mismo tiempo, para que puedan ser vistas fácilmente por los insectos. He llegado a esta conclusión porque he encontrado como regla invariable que cuando una flor es fecundada mediante el viento, no tiene nunca una corola de color llamativo. Diversas plantas producen habitualmente dos clases de flores: Unas abiertas y coloreadas de tal modo que atraigan a los insectos, y otras cerradas, no coloreadas, desprovistas de néctar y que nunca son visitadas por los insectos. Por consiguiente podemos llegar a la conclusión de que, si los insectos no se hubiesen desarrollado sobre la faz de la Tierra, nuestras plantas no se hubieran cubierto de bellas flores y hubieran producido solamente flores tan pobres como las que vemos en el abeto, el roble, el nogal y el fresno, y en las gramíneas, espinacas, acederas, y ortigas, que se fecundan por la acción del viento." 

Charles Darwin
"El Origen de las Especies. Capítulo VI. Pág. 213"

0 comentarios:

Publicar un comentario