Mi huertica



 Nuestra huertica.

A veces escribo poemas en la tierra. Pobres mis reglones, y torcidos; humildes garabatos que tratan de escribir en verde sencillos versos de gratitud y de vida.  No soy un experto en estas lides, ni mucho menos, pero me siento orgulloso. Cultivar es hablar de tú a tú con la Madre. Y Ella siempre responde con cariño. Ensuciar de barro mis manos es acariciar, es purificar y expiarlo todo. Y plantarse ante mi desmañada creación me enorgullece y me complace. Toscos y desviados renglones de alubias ensortijadas, altivas las flores amarillas de los calabacines, tomates desmandados y rebeldes, pimientos perezosos, cebollas anárquicas, lechugas arrogantes, pinchudas y enojadas frambuesas, dalias petulantes y jacintos engreídos. Mi más modesta creación, mi más desgarbada inspiración, mi orgullo casi insolente, mi homenaje y mi agradecimiento… mi huerta. Y más aún cuando la tarde cae serena sobre la Tierra y pinta de cálidos matices los desbarajustes y anarquías de mi pizpireta aunque tosca artesanía. 

Juan Goñi.

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