Disipar tanta negrura.





Su voz sonaba sombría al otro lado del teléfono. Hay veces que a las personas se les llena la mirada de brumas, y no de extrañar. Y hay veces, solo a veces, que esas nieblas se perciben a través de la voz, a cientos de kilómetros de distancia. No es fácil descubrir esa negrura en los acentos, en la entonación, pero para él era evidente que la niebla había conquistado su sonrisa. Las almas se ven a través de la voz, con eso ya les basta. Aunque solo a veces.

.- Soplaremos juntos, fuerte, fuerte, para disipar tanta negrura – Dijo él.
.- Si, así lo haremos – Dijo ella, abatida.

Hoy las nieblas están solo en el paisaje, y ella vuelve a brillar. Y él sigue caminando, él sigue buscándola, imaginando que quizá ella esté ya a la vuelta del último recodo. Tan cerca ya. Y él acelera el paso mientras el sendero se dulcifica y se ablanda. Y todo parece un poco más fácil.

.- Ojalá – Piensa él.
.- Ojalá –Piensa ella, que hoy brilla y hace brillar al otoño a su alrededor.

Para Ivan y Mentxu, para que se encuentren por los senderos de la vida, y logren disipar, para siempre, las brumas de sus ojos. Para que brillen sus otoños como las mañanas de mayo. ¡¡Mucha suerte pareja!!

Juan Goñi

Foto: Sendero otoñal en un lugar escondido, entre montañas que besan el cielo, en el Pirineo navarro.

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