Se me han llenado los ojos de futuros,

 
Borda en Oitz, Malerreka, Navarra-Nafarroa.

El paisaje me cogió suavemente de las manos y me acercó al precipicio. Me ayudó a soltar mi mochila y juntos fuimos sacando de ella todos los pesos del pasado.

Después rebuscamos en mis bolsillos, en mi mirada y en mis entrañas todas y cada una de las evocaciones imposibles del futuro, y las dejamos volar hacia el horizonte.

Cuando terminamos, agradecido, le estreché su mano de vientos. Y en ese momento pude vivir plenamente el presente.
De nuevo se me han llenado
los ojos de futuros,
pero ahora son otros.
Ahora soy otro.

Juan Goñi

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