A veces los días pasan desfilando, marcialmente, como un
ejército meticuloso y atento, ante las notas de una marcha casi belicosa. Solo
a veces. Otras en cambio el paso del tiempo es una pincelada larga y serena que
cambia de color mis paisajes. A veces las transiciones son melodías suaves que
cuentan una historia a aquellos que se detienen a escuchar. El tiempo fabula
rumores cuyas raíces se sumergen en el pasado, cuyas hojas bailan al son del viento
del futuro, charlatán y fascinante. Todos enrolados en este bajel pirata de
sueños que surca los intrincados océanos de la vida esquiva y asombrosa.
A veces en nuestro viaje doblamos el Cabo de Hornos de
nuestras ilusiones, y las quimeras y las pesadillas quedan atrás para aparecer
un poco más allá, allí al lado, a estribor del horizonte, esperando nuestro regreso
al mundo de los deseos y de las pasiones.
Y todo cambia para que nada cambie. Y todo es igual siendo
distinto. Solo un detalle: el sol salió un poco menos inclinado desde su noche
invernal detrás del horizonte. Voluntad y relojes… extraña pareja.
Llegan Los Magos. A ver si nos traen magia…
Juan Goñi
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