¿Ves esa montaña? ¿Ves? tiene la
forma de una cara. Pues según cuenta la leyenda, este que aquí ves es el rostro
de Tanausú. Escucha, te cuento:
Tanausú era uno de los 12 reyes benahoaritas
(los aborígenes de la isla) que reinaban en la isla de La Palma antes de la
conquista castellana, a finales del siglo XV. De hecho fue el último rey
palmero libre. Reinaba en el cantón de Aceró, la actual Caldera de Taburiente.
En 1942 desembarcan en Tazacorte
las tropas castellanas comandadas por el capitán Alonso Martínez de Lugo. Ante
la superioridad de las fuerzas de los conquistadores, muchos de los reyes palmeros
deciden rendirse, pactando la paz con el castellano. Solo dos cantones
resisten: el mencionado Aceró y el de Tigalate. El cantón de Aceró ofrece unas
excepcionales condiciones geográficas para su defensa. En este casi
inexpugnable lugar Tanausú liderará la resistencia a la penetración castellana
siendo el último caudillo de La Palma en someterse.
A la Caldera solo se puede
acceder por dos pasos: el barranco por el que bajan las abundantes aguas y que
se abre al mar, y otro un poco más sencillo, en paso de Adamacansis. Por aquí
decide entrar Alonso Martínez, siendo rechazado sin demasiados problemas por
los hombres de Tanausú. Después el capitán Martínez lo intentará por el
barranco, pero el benahoarita le hará de nuevo frente y otra vez logrará que
los conquistadores se retiren.
Entendiendo Alonso Martínez de
Lugo que la conquista de Aceró iba a ser imposible, decide enviar a Juan de
Palma, un isleño amigo suyo, a parlamentar con Tanausú, solicitándole una
entrevista para poder firmar una paz aceptable. Tanausú acepta, confiado, y
sale de la Caldera hacia Aridane, acampando en la Fuente del Pino. Pero Alonso
Martínez de Lugo tenía otros planes. Nada más aceptar Tanausú la entrevista
comenzó el castellano a urdir su traición. Cuando en la mañana del día acordado
el caudillo palmense se dirigía al lugar previsto, los españoles, emboscados en
el paso de Adamacansis, iniciaron el ataque. Poco pudieron hacer los palmeros
ante una estratagema tan inesperada. Numerosos fueron los muertos isleños y la
victoria traicionera de los castellanos se consumó. Tanausú fue hecho
prisionero y, cargado de cadenas, lo condujeron a bordo de sus barcos para
llevarlos a España.
Se cuenta que el rey palmero, al
ser encadenado gritó: ¡¡Vacaguaré!!, es decir, ¡¡Quiero morir!!
Cuando el barco que lo conducía a España se
alejaba más y más de que querida tierra, más profunda era la tristeza del
prisionero. Nada dijo, nada bebió, nada comió. Nunca llegó a la Península, el
mar fue su tumba.
Tanausú murió en algún lugar del
Océano Atlántico en el año 1493. En La Palma lo recuerdan como un héroe,
mientras que la figura de Alonso Martínez de Lugo encarna al traidor, al
conquistador indecente y sin escrúpulos, que capturó a una buena parte de los
hombres y mujeres del Reino de Aceró para venderlos en la Península como
esclavos.
El relieve de la montaña, según
me contó un palmero, es el perfil de la tez de Tanausú, que aún protege la
entrada de su maravillosa morada, la entrada a uno de los parajes más
espectaculares y extraordinarios que conozco: la hermosísima Caldera de
Taburiente, el antiguo Reino de Aceró.
Juan Goñi
Excelente articulo. Si acaso señalar que ese amigo awarita era un familiar de Tanausu. La conquista de la isla se logró gracias a la superioridad de las armas de los conquistadores, la ayuda de otros guanches, que se unieron a aquellos, y finalmente, la traición, de la que participó otro benohaorita. Donde hay héroes suele haber villanos.
ResponderEliminarCreo que en 1942 no llegaron los castellanos te adelantaste 400 años
ResponderEliminar1492. Eso dice
EliminarMentira
EliminarCreo que en 1942 no llegaron los castellanos creo que te adelantasteis 400 años
ResponderEliminarAlonso Fernández de Lugo, no Martínez, desembarcó enLa Palma en 1492.
ResponderEliminarИспанский мир тогда похож на русский мир сегодня !
ResponderEliminarƏţþűømņvߧxf
EliminarLe pasa por lesviana
ResponderEliminarMe gustan los penes
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