Pregúntale al viento.





Pregúntale a la tormenta desatada. Pregúntale al viento que remueve la hojarasca y las conciencias. Pregúntale a la lluvia violenta y triste. Pregúntale al rayo, al relámpago, a la noche solitaria, gigantesca, inacabable.

Llueve dentro del alma de los necesitados. El ventarrón hace crujir miradas y huesos. Silva por los agujeros, se cuela entre los labios, entre las grietas del corazón. Su poder derriba las rosas y hiende las ramas. Crepitan los cristales de la ventana golpeados por el chaparrón. El granizo desbarata tiestos y esperanzas. Llueve dentro del alma del solitario.

Mirada afligida, cristales empañados, el reloj camina despacio bajo la tempestad.

Es febrero y llueve dentro. Nadie contesta. Silencio habitado. Bosque penitente. La natura se esconde entre los velos de la lluvia y se desfigura. El tiempo no tiene orillas para detenerse,  recodos donde esconderse. El tiempo no deja a nadie al margen.

Llueve dentro… es febrero, y nadie contesta.

Juan Goñi

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