EL Silencio del Bosque, esa delicada ave tan en peligro.





El silencio es un ave delicada. Vuela sobre los árboles de mis bosques, feliz entre los cantos de otras aves, junto al riachuelo, o en el prado, conviviendo en paz con los cencerros, con los zumbidos de los insectos, con el viento que juega en el bosque. Convive sin problemas con el fragor de la cascada, con el trueno, con el relincho del caballo, con el estruendo del ciervo enamorado… El silencio vive en la algarabía confusa de las alboradas de mayo, y en las noches tranquilas, y en la serenidad del ocaso.

El silencio vive dentro de la mejor música. Su canto leve está presente siempre el beso apasionado, y también en las más tiernas poesías que son las miradas: en las miradas curiosas, en las miradas buscadas, en las miradas veladas, en las miradas concernidas con lo que miran.

Mi mente vuela en las alas del silencio, porque el silencio, pese a su leve realidad, es capaz de impulsarte a los más intensos sentimientos. Es capaz de remolcarte hasta donde se esconde la paz y el sosiego. Y allí mi mente es libre como nunca. Allí se esconde la poesía del paisaje, la armonía del mundo, la verdad y el estremecimiento, la ternura y la conciencia.

El silencio está en grave peligro de extinción. Es asesinado constantemente por las palabras insensatas, por los gritos a destiempo, por los rugidos de los motores de todas las ensordecedoras máquinas del Hombre… Y así el Hijo del Bosque no escucha ni deja que nadie escuche, no oye y por eso no entiende.

Los que hemos disfrutado del silencio en el Bosque, más aun si es en compañía, más aún si ese silencio ampara a varios de nosotros, no dejamos jamás de buscar el silencio. El silencio entre miradas entusiastas, el silencio de respeto y consideración, el silencio escuchado, oído, entendido, ese es sin duda el más bello, el más escaso, el más imponente, y por desgracia el más raro.

¿Vas al Bosque y no lo escuchas ni un instante? Entonces… ¿a qué vas al Bosque? A asesinar a mi ave preferida… a esa que llamamos silencio… ¿a eso vas? No vayas. Espantas lo más inolvidable, lo más inigualable, lo más curativo, lo más milagroso entre los mil milagros del Bosque.

Conoce, respeta, ama y defiende el Silencio del Bosque: es su idioma predilecto para arrullarte.
 
 Juan Goñi 

Foto: Isidro Etxeberria.

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