Junto al roble milenario de Orkin
Ultzama - Navarra - Nafarroa.
Vivir, simplemente eso. Tratando
en todo momento de ser sincero conmigo mismo. Sabiendo que solo se puede seguir
adelante. Sabiendo que, aun a duras penas, se puede elegir hacia dónde se va.
Vivir, meramente eso. Buscando la
Belleza allá donde se encuentre. Con la mirada fija, aun emocionada, aun
dolorida, aun esperanzada. Dejando fluir los días sin violentarlos, dejando que
las noches se sucedan, cuajando sueños.
Vivir, escuetamente eso. Lo más
cerca posible de la gente que amo. Sabiendo que el amor es en el fondo la única
meta; al menos la única que merece el esfuerzo. Ser habitante del paisaje más
hermoso, ese que se lleva dentro; ese que se ama intensamente; ese que no es
sino la suma de todos los panoramas y de todas las emociones, de todas las ternuras,
de todas las melodías y de todos los trinos, de las alegrías y las lágrimas. Ser
pasto incesante del incendio voraz que son todos los desconciertos, todas las
incertidumbres y todos los afectos.
Vivir, puramente vivir. Acostarse
cada noche con uno mismo: aterrorizado a veces, confortado otras, siempre
iluso. Y despertar de nuevo a cada instante, como si cada instante fuera el
primer instante. Rendirse a la evidencia de las propias flaquezas. Asirse fuerte
a las fortalezas que a veces demuestro.
Vivir, definitivamente vivir.
Mientras palpiten sentimientos ahí dentro. Mientras vivir no sea solo respirar.
Mientras haya ideas, metas y anhelos, vivir. Mientras ame a la Tierra y a la
tierra, a sus habitantes y a sus paisajes, vivir. Mientras haya un bosque en el
que ser, vivir. Mientras siga siendo bosque que ama, vivir. Mientras me quede
vida… vivir.
Vivir, irrevocablemente vivir. Si
es junto a ti, mejor.
Dedicado a todas las personas que
viajan, han viajado o viajarán conmigo en esta aventura vertiginosa que es
vivir. Dedicado sobre todo a Martín, innegablemente mi mayor y mejor razón para
vivir, para haber vivido. Su sola existencia lo explica todo.
Juan Goñi
Cuadragésimo séptimo aniversario
de mi nacimiento.
Ya ves tu qué tontería; ya ves tu
qué vértigo.
Paul Winter Consort, de su disco “Wolf eyes”, su canción “Love
Swim”, una canción que me dice tanto, que dice tanto de mí: http://youtu.be/Yg7MIpLQnhk
Este roble es algo único, transmite una enorme energía por decirlo de alguna manera
ResponderEliminarun saludo
Javi
Muchas gracias Javi!!
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